Se fue Juan Soto, pero quedó Luis García, pudieran pensar muchos y el propio gerente de los Nacionales de Washington, Mike Rizzo ya había aseverado que las expectativas de la organización para los próximos años giraban alrededor de hombres como el quisqueyano de apenas 22 años.
Y era cuestión de tiempo su llegada al equipo grande en este 2022, el venezolano Alcides Escobar dejaba mucho que desear y García en Ligas Menores no paraba de batear, al momento de ser llamado a comienzos de junio, en 42 juegos bateaba 301 con 55 hits, 6 dobles, 4 triples, 8 jonrones y 32 carreras impulsadas.
“… Será el hombre de todos los días…”- alegó el manager Dave Martínez en ese entonces, tal como lo reflejó The Washington Post.
Los antecedentes
El contexto no era ajeno para el talentoso jugador pues ya en 2020 y 2021 había sumado 110 partidos en Las Mayores, con una jornada de dos jonrones incluso en el verano ultimo ante los Philies de Philadelphia.
Sus guarismos en este periodo han dado la medida de lo que es capaz de hacer Luis García con el madero, 254 de average, con 8 jonrones, 38 carreras impulsadas y un OPS de 680 y e estos dos meses de acción, desde su entrada al primer equipo ha sido más de lo mismo.
Al momento de escribir este texto, en 225 turnos al bate, el caribeño ha legado una average de 284 con 4 jonrones y 25 carreras impulsadas; sin dudas registros loables para reafirmar el potencial de este portento que comienza a mostrarse ahora.
Diamante en bruto
No obstante, hay un elemento que genera contradicción y limita bastante la trascendencia de Luis García como jugador y es su bajo OBP, un porcentaje de embasado bien malo, 295, mucho más si tenemos en cuenta su average.
La analogía queda, Juan Soto está a otro nivel, es el hombre del futuro en Grandes Ligas y todos lo saben, fue recibido como un rey en San Diego y no deja de impresionar, por un lado Luis García podría mirar hacia allí, verse en el espejo de Soto pero no, debe centrarse en él, perfeccionar su mecánica y en particular la cuestión mental, tener más paciencia en el home, discriminar mejor los lanzamientos, meterse en conteos y presionar a los lanzadores rivales.
La clave
La clave del éxito para Luis García estaría ahí, en ese punto, en saber controlar la ansiedad propia de los jugadores jóvenes y talentosos, esa que les hace salir de modo agresivo al home y lo mismo se pega un enorme jonrón que llega un ponche con tres lanzamientos bien malos.
Un caso como el de Luis García, buen promedio y un bajo OBP, con al menos 200 turnos al bate, un caso así, no se ve en Las Mayores desde finales del siglo XIX, con hombres como John Radcliff, Ezra Sutton y Mike McGeary.
Como quiera, el tiempo, la juventud y las ganas de triunfar marcan la pauta en el caso de Luis García, es el hombre del futuro, no es nada para alarmarse.