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Cuando los Mets de Nueva York firmaron por 130 millones de dólares por 3 años a Max Scherzer, lo hicieron convencidos de que sería la piedra angular de su proyecto multimillonario para conseguir ganar una Serie Mundial. No por nada lo convirtieron en el jugador mejor pagado de todas las Grandes Ligas a pesar de su avanzada edad. Con 36 años el magnífico diestro que cuenta en su haber con 3 premios Cy Young acordaba un histórico contrato con un club que estaba convencido de que sus habilidades vencerían incluso al ‘dios Tiempo’.
En el primer año de su convenio, el hombre del ojo azul lució excelente mientras estuvo sano y aunque las lesiones lo mermaron, el cómputo global de su actuación acabó siendo positivo con registro de 11-5, además de 173 ponches en 145.1 entradas de labor. Sin embargo, este 2023 muestra aspectos de su juego que a pesar de que van sólo 2 salidas para él, son bastante alarmantes.
¿Le está pegando la edad?
En 2 presentaciones, Blue Eye no ha sido el más prolijo de los pícheres. Contra todo pronóstico, su transitar ha sido dubitativo y para alguien que cobra más de 40 millones por año, eso debe ser motivo de preocupación para su divisa. Además, no hay que olvidar 38 años son bastante avanzados para el béisbol de primera categoría.
En su primera apertura, Scherzer se llevó el triunfo, salió adelante, pero no convenció. En 6 episodios permitió 3 carreras y 4 imparables de los cuales 1 fue jonrón, mostrando falencias llamativas que usualmente no exhibe. Ya en su segunda subida a la lomita, la cosa se tornó peor.
Ante los Cerveceros de Milwaukee sólo pudo resistir 5.1 capítulos. Ese día 8 hits (3 de ellos cuadrangulares) y 5 rayitas le hicieron abandonar el montículo y más tarde le anotaron su primer revés de la zafra.
Quizás estamos ante el declive natural de un fenómeno generacional como Max o simplemente esto sea una mala racha, pero nadie puede negar que de él depende gran parte del éxito de los Mets. Por otro lado, quizás no deban encender sirenas todavía en Queens, aunque debe ser de atención el hecho de que el caballo del equipo no esté produciendo los resultados esperados. ¿Será que se le verán las costuras a Scherzer a partir de ahora? Sólo el tiempo nos dirá.