El lanzador dominicano Ronel Blanco se vio envuelto en una polémica durante el partido entre los Astros de Houston y los Atléticos de Oakland, luego de que se encontrara una sustancia ilegal en su guante. Esta situación llevó a su expulsión del juego en el cuarto episodio.
Blanco, quien tenía una marca personal de 5 victorias sin derrotas, estaba en búsqueda de una actuación sólida cuando fue retirado del montículo. En las tres entradas que lanzó, permitió cuatro hits, otorgó un boleto y ponchó a cuatro jugadores, manteniendo una efectividad de 2.09 hasta ese momento.
Tras la expulsión de Blanco, el equipo de los Astros de Houston envió al montículo a Tayler Scott para cubrir las entradas restantes del partido. Posteriormente, el dominicano Rafael Montero tomó el relevo en la lomita.
Este incidente ha empañado el destacado inicio de temporada de Ronel Blanco, quien anteriormente lanzó un no hitter contra los Azulejos de Toronto en su primera presentación como abridor este año. Sin embargo, la controversia surgida por el uso de una sustancia prohibida plantea interrogantes sobre su desempeño y su reputación en la liga.
La implicación de Ronel Blanco en un escándalo relacionado con el uso de sustancias prohibidas no es un incidente aislado en el mundo del béisbol dominicano. Lamentablemente, los jugadores de la República Dominicana han estado en el centro de controversias relacionadas con el dopaje y otras formas de trampas con cierta frecuencia en el pasado. Desde el uso de esteroides hasta la aplicación de sustancias pegajosas en el guante, estos incidentes han manchado la reputación de algunos de los talentos más destacados del país en el deporte del béisbol.
Estos episodios no solo afectan la imagen de los jugadores individuales involucrados, sino que también proyectan una sombra sobre la comunidad deportiva dominicana en su conjunto. A pesar de los esfuerzos de muchos atletas por competir limpiamente y representar a su país de manera honorable, la persistencia de estos problemas plantea la necesidad de una mayor atención a la ética deportiva y la integridad en todos los niveles del juego.