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La República Dominicana ha sido una cantera inagotable de talento para las Grandes Ligas del béisbol, y los lanzadores dominicanos han dejado una marca imborrable en la historia del deporte con sus impresionantes actuaciones en el montículo.
El último en sumarse a este distinguido grupo de lanzadores fue Ronel Blanco, quien hizo historia en el juego entre los Astros de Houston y los Azulejos de Toronto al lanzar el primer no hitter de la temporada 2024. Su actuación magistral se une a una lista selecta de dominicanos que han alcanzado la grandeza en el montículo de las Grandes Ligas.
Framber Valdez, otro brazo derecho de los Astros de Houston, también dejó su huella en la historia reciente al lanzar un no hitter en 2023. Domingo Germán, con los Yankees de Nueva York, logró una hazaña aún más impresionante al conseguir un Juego Perfecto en la misma temporada.
Remontándonos en el tiempo, encontramos a Edinson Vólquez, quien lanzó un no hitter con los Marlins de Miami en 2017. En 2011, Ervin Santana alcanzó la grandeza con los Ángeles Angels, seguido por Francisco Liriano con los Mellizos de Minnesota en la misma temporada. Ubaldo Jiménez también dejó su marca en la historia del béisbol al lanzar un no hitter con los Rockies de Colorado en 2010, cerrando así una década llena de logros para los lanzadores dominicanos.
Sin embargo, la historia de los dominicanos en el montículo de las Grandes Ligas se remonta aún más atrás. En 1999, José Jiménez hizo historia con los Cardenales de San Luis al lanzar un no hitter. Ramón Martínez, con los Ángeles Dodgers en 1995, y Juan Marichal, miembro del Salón de la Fama, con los Gigantes de San Francisco en 1963, completan la lista de pioneros que allanaron el camino para las generaciones futuras de lanzadores dominicanos.
Estos nombres representan el orgullo y la tradición del béisbol dominicano, y su legado perdurará en la historia del deporte por generaciones venideras. Con cada no hitter lanzado, estos lanzadores continúan elevando el estandarte de la República Dominicana en el mundo del béisbol, recordándonos que la grandeza no tiene fronteras y que el talento trasciende cualquier barrera.