Hablar de Don Mattingly debería ser sinónimo de respeto y admiración, después de todo, se trata de uno de los peloteros más laureados en las últimas 2 décadas del siglo pasado. Sin embargo, esta vez hay que hacer una excepción ya que como ser humano, se equivocó. Específicamente en sus labores de mánager de los Marlins de Miami, equipo al que en el día de ayer condenó con una decisión un tanto precipitada.
La misma tuvo como protagonista a Sandy Alcántara, el mejor lanzador y probablemente el mejor jugador de su escuadra en lo que va de la temporada 2022 de las Grandes Ligas. Al final, los peces perdieron por pizarra de 3×2 ante los Phillies de Philadelphia un encuentro que les pone todavía más cuesta arriba sus posibilidades de meterse en los playofffs.
El gran perjudicado
En la jornada de este lunes, Sandman volvió a lanzar primores desde la lomita, tal y como nos tiene acostumbrados desde que inició el presente ciclo. Fueron 7.2 entradas de labor en las que solo toleró 6 imparables y 1 rayita hasta el momento en que entró en escena su timonel para quitarle la pelota.
En aquel momento de la octava entrada había 2 outs en la pizarra, hombre en la tercera base y parecía que lo peor había pasado luego de que el dominicano obligara a JT Realmuto a batear para doble play con corredores en la inicial y en la intermedia.
No obstante, Mattingly decidió no darle la oportunidad de enfrentar a Didi Gregorius y trajo al relevista izquierdo Steven Okert, quien recibió sencillo al jardín derecho que empató el juego. La carrera se cargó a la cuenta de Alcántara, pero pareció una injusticia en toda regla que al serpentinero revelación de esta zafra no le hayan dado la confianza de asumir el momento cumbre del cotejo.
Llegó el castigo
Un inning más tarde, apareció la merecida reprimenda para el ex primera base de los Yankees de Nueva York por no haber creído en su abridor estrella. Los Phillies dejaron en el terreno a los Marlins con doblete impulsor de Rhys Hoskins. Sin lugar a dudas, un revés que duele y mucho.