Hace dieciocho meses, Peter Seidler anunciaba con bombos y platillos la adquisición permanente de lo que sería para ellos su gran estrella.
El presidente de los Padres de San Diego y otros se habían reunido en el complejo de entrenamiento de primavera del equipo para anunciar el contrato más largo en historia de las grandes ligas: Fernando Tatis Jr. con una extensión de 14 años y $340 millones, un desembolso histórico que abrió la boca de todos.
Sin embargo, para Seidler, presidente de operaciones de béisbol A.J. Preller y tantos otros, fue un momento de celebración sin paliativos. La joven estrella más eléctrica del béisbol era suya, muy posiblemente para siempre.
Dieciocho meses después, las cosas no han marchado bien. El viernes, Major League Baseball anunció una suspensión de 80 juegos para Tatis, quien ya se había perdido la temporada hasta la fecha después de lesionarse la muñeca en un accidente de motocicleta en diciembre y eventualmente requerir cirugía para reparar una fractura. Preller calificó la noticia de una prueba fallida de drogas para mejorar el rendimiento como “muy decepcionante” y dijo que el equipo esperaba una mayor madurez de Tatis.
No obstante, para su compatriota y otro destacado bate del juego que se encuentra inactivo, Edwin Encarnación, las cosas se han dado en detrimento de la figura de Tatis Jr., pasando por alto que muy probablemente el equipo es quien más pierde con “el daño” que presuntamente se le ha hecho al torpedero.
Esta fue la declaración de Encarnación según el periodista Héctor Gómez publicó en su cuenta de Twitter:
«La MLB lo hundió. Estoy seguro que si lo mismo que le pasó a Tatis Jr. le hubiese pasado a otro jugador que ustedes conocen, MLB lo hubiese manejado de otra forma. Es increíble lo que le hicieron a la cara del béisbol».
Tatis, mientras tanto, al momento de la noticia se encontraba de vuelta en San Diego sabiendo lo que se avecinaba. Se había marchado silenciosamente de Frisco, Texas, donde estaba en una asignación de rehabilitación con Double-A San Antonio.
Treinta minutos después de que MLB anunciara su suspensión, emitió un comunicado en el que dijo que había tomado “sin darse cuenta” una sustancia prohibida, clostebol. Ofreció sus disculpas a Seidler, Preller, sus compañeros de equipo, la liga y sus fanáticos.
Queda por verse si puede recuperar la confianza total de cualquiera de esas partes, especialmente aquellas dentro de su propia casa club.
Con todo lo que significó su contrato y siendo proyectado como la cara de la liga, es contraproducente pensar que Grandes Ligas quisiera dañar la imagen del hijo de Fernando Tatis. Algo no bueno para el negocio, ni comercialmente ni para las aspiraciones de su franquicia competir. De hecho, es un absurdo total siquiera considerar algo así. Carece de total sentido.
A los 23 años, ya enfrenta un legado empañado, el nombre más grande en el béisbol en recibir una suspensión por PED desde Alex Rodríguez.
Tatis, que desde ya era marcado como “El Derek Jeter dominicano”, posiblemente no haya ningún tipo de redención que lo lleve de regreso a ostentar tal título. Derek Jeter es sinónimo de pulcritud en el juego y Tatis Jr. se ha manchado. No vemos que sea “El Derek Jeter dominicano” nunca más.