El nombre de José Treviño pudiera parecer un nombre cualquiera pero no lo es, no, de hecho, en la literatura mexicana, de modo específico en la novela Como agua para chocolate de la célebre escritora Laura Esquivel, hay un Jose Treviño, un personaje secundario que es el amor imposible de una de las protagonistas.
De igual manera, al indagar en la historia hay varias personas con este mismo nombre y destacan en diferentes campos, como la medicina y la política, por ejemplo, ya que se constata la presencia en el siglo XVI de un José de Treviño, funcionario de la corona española en la llamada Nueva España, actual territorio de México.
El alter ego
Todos estos hombres, son como una especie de alter ego, de otros yo, de Jose Treviño, el receptor de origen mexicano que actualmente se adueña de la posición en los Yankees de Nueva York.
Y viéndolo así, con una perspectiva más general, hay ciertos atisbos de grandeza en el jugador de 30 años, recién llegado al Bronx, quien debía haber pasado como uno más en la inmensa historia de Grandes Ligas, quizás haber terminado su carrera allí, en Texas con los Vigilantes o haciendo de trotamundos o peregrino en todo el circuito, pero no, Treviño llegó a Nueva York y su historia cambió, lo hace a diario con el uniforme a rayas.
El legado
Hay un legado de mexicanos en la memoria histórica de los Mulos de Manhattan; desde Rubén Amaro, quien marcó el inicio de esta historia allá por 1966, pasando por Celerino Sánchez en los 70 Aurelio Rodríguez en los 80, además de Carlos Rodríguez, Karim García y Ramiro Peña entre finales de los 90 y comienzos de los 2000; ello sin menospreciar a Luis Cruz, quien fungió como yankee en 2013 ya también a figuras como Alfredo Aceves, Luis Ignacio Ayala y recientemente Luis Cessa.
Hoy Jose Treviño es parte de esa lista y está viviendo el mejor momento de su carrera en este 2022, al punto que al momento de escribir este texto, está disputando la titularidad para el Juego de Estrellas de la Liga Americana.
La épica
Cobrando el salario mínimo, unos 720 000 dólares anuales, Treviño ha lucido a mejor nivel que muchos de los agraciados en el club, como Josh Donaldson y Joey Gallo por solo citar par de ejemplos y su línea ofensiva así lo demuestra; con 255 de average, 7 jonrones y 25 carreras impulsadas al momento de escribir este texto.
Quizás mirando al pasado otra vez en aquellos otros José Treviño, especie de alter ego del cátcher de los Yankees de Nueva York, tal vez allí, se pueda encontrar el sentido del presente del José Treviño de esta historia, un hombre que no estaba destinado a ser grande, debía llegar para ser un complemento, un refuerzo para Kyle Higashioka pero no, ha ido más allá de lo que todos pensamos.