La historia del béisbol tuvo un gran impacto en el invierno de 1954 con la formación de una de las mejores duplas que paralizó al diamante.
39 selecciones al Juegos de Estrellas de las Grandes Ligas se juntaron con Roberto Clemente y Willie Mays como compañeros de equipo en el pelota invernal.
Aunque no pasó en Las Mayores, ambas leyendas formaron un duo dinámico en la Liga de Béisbol Profesional de Puerto Rico cuando los peloteros vistieron el uniforme de los Cangrejeros de Santurces en la temporada de 1953-54.
En aquel entonces, el puertorriqueño apenas tenía 19 años de edad y venía de disputar en la sucursal de Triple A de los Dodgers de Brooklyn con los Reales de Montreal, quien ya empezaba a demostrar lo que más adelante lo convertiría en leyenda de las Grandes Ligas.
Por otra parte, Mays viene de una campaña sensacional con los Gigantes de San Francisco tras ganar el Jugador Más Valioso en la Liga Nacional. El jardinero había registrado 41 cuadrangular, 110 carreras remolcadas y un average de .345, siendo líder en ese departamento en en viejo circuito.
La dupla causó tanto impacto que conducieron a los Cargrejeros a su tercer campeonato en la pelota boricua y segunda en las últimas tres campañas.
Ambos jugadores fueron pilares para la novena de San Juan, teniendo al norteamericano con promedio de .335, 12 vuelacerca, 33 producidas, 15 tubeyes, siete triples, 63 anotaciones, 10 almohadillas robadas y un slugging de .773, liderando en ese departamento.
Mientras que, el nativo de Carolina comandó a la liga en anotadas e indiscutibles con 65 y 94, respectivamente, dio seis bambinazos, empujó 37 y figuró un average de .344 en 277 apariciones al plato.
Tanto Mays como Clemente se mantuvieron con el equipo que representó a Puerto Rico en la Serie del Caribe de 1955, que se realizó en Caracas – Venezuela, quedándose con el trofeo tras dejar récord de cinco triunfos y solo un réves.
Curiosamente, ninguno de los dos ganó el premio al MVP de la competición del Caribe. El galardón fue para el infielder, Don Zimmer, quien sacudió tres cañonazos y dejó un alto OPS de .971.