Por lo general, el arbitraje de las Grandes Ligas es señalado, y no por bueno, precisamente. De manera constante surgen críticas hacia los hombres de negro; en pocas palabras, están en el ojo del huracán. Para más inri, sus decisiones en los últimos tiempos son altamente cuestionables, lo que ha enardecido todavía más las críticas de fanáticos y entendidos del juego que los acusan de dañar el espectáculo e incluso, cambiar el rumbo de las cosas en materia de resultados.

Sin embargo, lo que vimos en el juego número 2 de la Serie Mundial 2022 entre Astros de Houston y Phillies de Philadelphia es la excepción dentro de la regla y la esperanza de que más allá de la espera del umpire robot detrás del plato, todavía podemos esperar excelentes actuaciones por parte de los individuos que imponen justicia.

Estamos hablando del magistral desempeño del principal a cargo Pat Hoberg, quien estuvo de manera perfecta en sus labores. Sí, y cuando decimos la palabra ‘perfecta’ no es que estamos usándola en el sentido figurado, sino en el literal.

Una máquina tras el home

Según la cuenta de Twitter @UmpScoreCards, el juez fue preciso en cada una de sus sentencias. En total fueron 129 lanzamientos los que vio pasar por encima del plato y llegar hasta las mascotas de los receptores y en ninguno falló de acuerdo con la zona computarizada.

Por si fuera poco, en otro tuit, la misma cuenta agregó que se trataba del primer ‘juego perfecto’ para un árbitro desde que se usa este sistema, es decir, desde el año 2015.

Justicia verdadera

En el mismo orden de ideas, añadieron que, durante la temporada actual, Hoberg tuvo 6 encuentros con 98 por ciento o más de efectividad y que en todo el ciclo promedia 95.5% en un total de 96 entradas de labor.

Sin lugar a dudas, todavía quedan buenos jueces, lo malo es que entre tanto error pasan desapercibidos.