Héctor Santiago fue suspendido por 10 juegos tras convertirse en el primer jugador en ser sancionado bajo la política de sustancias pegajosas en vigencia a mediados de 2021.
El lanzador de los Marineros de Seattle, Héctor Santiago, fue expulsado en la quinta entrada de un juego dominical contra los Chicago White Sox luego de que los árbitros inspeccionaran su guante.
Santiago, de 33 años, fue retirado del juego luego de conceder dos bases por bolas y permitir dos hits en la entrada. De acuerdo con las nuevas reglas sobre la inspección de lanzadores en busca de sustancias extrañas, Santiago entregó su guante para que lo inspeccionara el árbitro de home, Phil Cuzzi, quien lo expulsó momentos después. Por las repeticiones, parecía que los árbitros estaban revisando el interior del guante de Santiago.
Se podía ver que el autenticador envolvía el guante para inspeccionarlo más tarde. Bajo las reglas establecidas el 21 de junio 2021.
Mientras que el equipo no pudo reemplazarlo en la lista durante ese período de tiempo. Es el primer lanzador expulsado bajo las reglas, que entraron en vigor el año pasado.
Aunque el castigo por la sustancia pegajosa era con sueldo, la suspensión bajo el programa de drogas de Grandes Ligas que también falló el jugador más tarde, le costó alrededor de la mitad de su salario de $700,000.
El pitcher de los Marineros fue suspendido 80 juegos por las Grandes Ligas (MLB) tras dar positivo por una testosterona externa, exactamente un mes después de ser suspendido por los 10 juegos tras convertirse en el primer jugador en ser sancionado bajo la política de sustancias pegajosas. Aunque explicó que el positivo a esteroides fue debido al tratamiento de una lesión en un período que estuvo fuera del béisbol y que no pensó repercutiría más tarde, parece un reincidente a la trampa.
Hacer trampa en el béisbol es tan antiguo como el juego mismo, y la modificación de la superficie de la pelota por parte de los lanzadores es parte de esa larga historia . Aplicar sustancias pegajosas a las pelotas de béisbol se volvió una práctica demasiado común, hasta que se han tomado medidas para evitar acontezca. Pudiera ser la explicación de cómo los bateadores de las Grandes Ligas se ponchaban en la primera mitad del año pasado en casi una de cada cuatro veces que pisaban el plato, en comparación con una de cada seis veces en 2005.
Las sustancias pegajosas a las pelotas puede hacer que los lanzamientos giren más rápido. Y si los lanzadores pueden lanzar sus rectas, curvas y sliders con más efecto, haciendo sus lanzamientos serán más difíciles de batear.