Los Dodgers estarán en Play Off por décima temporada consecutiva y con marca de 96-43 al momento de escribir este texto apuntan, no solo a ganar el oeste de la Liga Nacional sino a rebasar las 110 victorias en otra campaña histórica.
Y en este punto todos miran al trío de estelares del elenco californiano, Trea Turner, Mookie Betts y Freddie Freeman, serios candidatos a ganar los principales premios en el viejo circuito, pero otro nombre, quizás tras bambalinas, otro nombre de modo sigiloso está acaparando titulares…Justin Turner.
La impronta de Turner
Sí señores, el veterano está bateando para 333 con un OPS de 981, luego del Juego de Estrellas y tal vez como un mensaje simbólico selló el paso oficial del equipo a la postemporada, tronando el madero para un Grand Slam.
En este punto la analogía se impone sola y una vez más la idea de tres mosqueteros en el béisbol emerge con fuerza, pensando en una especie de épica con Betts, Freeman y Turner reencarnando las figuras de Athos, Phortos y Aramis más Turner haciendo de D’Artagnan, imagino yo en pos de darle una dimensión al suceso y a sus protagonistas.
La mejor noticia
Sin dudas es la mejor noticia para Dave Roberts y su cuerpo de dirección, el hecho de saber que Justin Turner este adquiriendo su mejor forma en este tramo de temporada, pues todos saben que de por sí, el experimentado jugador es un hombre de momentos claves, sin nervios, un tipo duro con esa pose de rey vikingo; entonces en un momento como este, es mas peligroso aún, el complemento perfecto para el trío del terror que ya mencionamos.
Turner empezó lento, medio pagado incluso y debió superar lesiones y hacer ajustes en su mecánica, pero siempre confió en él y como todo un profesional ha respondido, imponiendo su melodía cuando los bates pesan y las piernas comienzan a flaquear.
En esta campaña de modo general, los números del estelar tercera base muestran un average de 276, con 13 jonrones y 78 carreras impulsadas.
Y así es lectores, el momento de Justin Turner con los Dodgers ha llegado y solo nos resta sentarnos en la sala para disfrutar.