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Estaba allí, uno de esos giros fortuitos del destino lo había puesto en el momento y el lugar indicado para cumplir aquel sueño de antaño.

Estaba allí; el cabello largo, la mirada serena y pocos creían, ni el mismo creía que en el mítico Coliseo de Oakland sería su debut en Grandes Ligas.

La lesión del estelar Robbie Ray le abrió las puertas del primer equipo de Marineros y ese 2 de mayo frente a los Atléticos, Bryce Miller lanzaba su primera pelota en el primer nivel del béisbol.

El acontecimiento

Tras el primer out, Miller tomó confianza y ante la mirada atenta de su mánager Scott Servais, logró su primer ponche, luego otro, mas tarde otro más y así, hasta ponchar a cinco rivales de forma consecutiva.

Asombró a todos y el propio timonel de Oakland, Mark Kotsay solo atinaba a asentir con la cabeza ante el derroche de calidad del prospecto y esa forma imponente con la que maniataba a sus muchachos.

Con sus 5 ponches consecutivos, Bryce Miller inscribió su nombre en los registros históricos de la franquicia, como el primero en lograr semejante hito durante su apertura inicial en Las Mayores, siendo al mismo tiempo el séptimo pitcher que desde 1961 logra cinco entradas perfectas en su debut en MLB.

Perfecto, así estuvo hasta el sexto inning, después de aquel primer out había retirado por ese orden a los primeros 16, así, como si hubiese estado siempre, como todo un consagrado.

El impacto

No ganó, pero su labor acaparó la atención mediática, pues era imposible obviar un trabajo de semejante magnitud; 6 tramos, 2 hits, 1 carrera y 10 ponches y al salir del partido, tras el último out en ese sexto capítulo, comprendimos que, en ese instante, una gran historia estaba comenzando a emerger en los diamantes.

Miller cumplió con creces su condición de prospecto número 2 de los Marineros y el número 88 de todo el circuito de acuerdo con MLB Pipeline y cuando en Washington comenzaban a prender las alarmas debido al incierto comienzo y la sensible baja de Robbie Ray, cuando eso pasaba, regresó la esperanza.

Estampa de un grande

El pasado domingo volvió al ruedo, con el precedente de aquella primera presentación en el Coliseo y ante su gran prueba de fuego, los Astros de Houston, Bryce Miller volvió a lucir implacable, transitando otros seis marcos, sin permitir carreras y solventando solo dos hits, con cinco chocolates propinados.

Fue su primera victoria, atrás quedaban sus años en Ligas Menores, su mal comienzo en doble A con Arkansas, cuando antes de ser subido había estampado marca de 0-2, con efectividad de 6,41 en 19,2 capítulos de labor.

Expectativas

Mientras le doy forma a este texto, con forja de 18-18, los Marineros de Seattle se mantienen en la batalla por escalar posiciones en el Oeste de la Liga Americana, buscando la mejor dinámica posible y de seguro para octubre estarán allí, contendiendo.

En medio de este escenario, la irrupción de Bryce Miller es más que una buena noticia para Servais y compañía y desde ya, de modo sutil, será una de las promesas a seguir en Grandes Ligas este 2023.