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Tal vez usted nunca en su vida ha escuchado el nombre de Ramón Peña. Es más, probablemente no tiene idea de quién es. Pero si comenzamos a nombrar peloteros como José Ramírez, Danny Bautista, Bobby Higginson, Francisco Cordero, José Lima, Fernando Rodney, Ramón Santiago, Freddy Dolsi, González Germen, Omar Infante, Frank Catalanotto
O tal vez le suenen nombres como los de Eulogio de la Cruz, Guillermo Moscoso, Randor Bierd, Luis Marte, Lester Oliveros, Maikel Cleto, Gorkys Hernández, Wilkin Ramírez, Rhiner Cruz, Audy Ciriaco, Mártires Arias, Juan Carlos Monción, Brayan Villarreal, Jhonathan Torres, Miller Díaz, Luis Lugo y Ramón García usted ya sepa de quiénes hablamos.
Buenos, todos estos nombres, y algunos más, fueron firmados por Peña, el súper scout. Hay muchos otros, muchos más que él no recuerda, pero que el registro de MLB sí.
Comienza el podcast en el Séptimo Cielo. Fue media hora de conversación densa, profunda. Tener enfrente a un súper scout no es fácil. Más a una persona con tanto ojo para rubricar el éxito. Por es la pregunta obligada era sobre sus equivocaciones.
“Claro que sí”, dice. “Neifi Pérez fue uno de eso peloteros que estuve a punto de firmar y no lo hice. Yo lo tenía listo, le dije que me llevara su partida de nacimiento, pero antes de eso uno de mis scouts en el este me dice que tiene uno mejor que Pérez y me lo lleva”.
“¿Tú vas a firmar a ese viejo?”, me dice el scout. “Yo te traje al próximo Alfredo Griffin. Me dice ‘no firmes a ese todavía hasta que tú no veas al mío’. El chico se llamaba Julián Germán, está trabajando todavía en Lakeland (Florida). Lo firmé. No pasó de tres años en la liga de verano aquí en Dominicana y Neifi llegó a las mayores. Me daba dolor de barriga cada vez que lo veía cogiendo tirándose de cabeza allá arriba”.
Actualmente, un sinfín de personas quiere tener a un hijo pelotero. Hay quienes dejan al menor sin estudios para que se prepare a ver si firma y se va detrás de un sueño. Muchas veces esa ilusión se queda en eso, en un sueño.
“La gente está muy equivocada con eso de ser bigleaguer”, responde. “Por allá, por los años 60 y 70, prácticamente sus padres no querían que sus hijos fueran peloteros. Ellos querían que sus hijos fueran profesionales. Sobre todo la gente pudiente. Ahora no, ahora hasta los ricos quieren tener un hijo grandeliga“.
Prosigue con calma. “Eso no es fácil”, confirma. “Yo tengo nueve varones y no me ha salido ninguno pelotero. Yo loco de que uno de mis hijos fuera pelotero ¡Qué va!“.
Luego da un dato. “Hay 760 peloteros de Grandes Ligas en el mundo. Pero hay miles de miles abogados, ingenieros, técnicos“, sostiene. “Esto no es fácil”.
Aclara que al comienzo no se gana mucho dinero ni tampoco te dan bonos porque un pelotero llegue a las mayores. “A ti te contratan, te dan un sueldo y tu trabajo es firmar grandeligas”, abunda. “Yo he tenido suerte, porque para esto, además, hay que tener suerte. La gente dice que de cada 100 llegan cinco, eso es mentira. De cada 200 llegan uno o dos. Esto no es fácil”.
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