El nombre de Elly De La Cruz sonó mucho este año en las oficina de los Rojos de Cincinnati. Tanto así que fue declarado “Jugador del Año” de ligas menores en la organización. Esto no es producto del azar sino del trabajo realizado por el infielder de Sabana Grande de Boyá. Allí están sus números. Una línea ofensiva de .304/.359/.586 con 28 jonrones conectados, 86 remolcadas, 32 dobles y 86 anotadas.
“Uno trabaja para eso en verdad”, dijo el criollo a Licey TV, quien lo entrevistó al momento de llegar a los entrenamientos de los Tigres del Licey. Además, está entre los 100 mejores prospectos de la MLB y el único campocorto latino de todo el grupo. “Eso me hace sentir orgullo se mí mismo en verdad”.
“Oye, mi recibimiento fue bien bacano”, declaró al rompe, cuando le preguntaron sobre cómo fue la acogida del equipo azul. Y no es para menos. De La Cruz es un pelotero que puede ayudar al conjunto dirigido por José Offerman. Puede batear para promedio, sacar la bola, correr y en una posición tan exogente como la del campo corto ha sabido imponer sus reglas.
“Ya Cincinnati me dio el permiso para jugar”, destacó. “Lo que no me han dicho es cuando voy a parar, pero ya tengo el permiso”. Esta es una buena noticia, pues podrán contar con él desde el vamos.
Su pasión por el beisbol es una de las cosas a las que atribuye su éxito. “Es que yo juego con pasión”, explica. “Salgo a darlo todo cuando entro al terreno. A mí me gusta mucho jugar al beisbol”.
Su sobrenombre es “La Cocoa”. “Hace un tiempo me lo puso un amigo mío cuando vivíamos en una pensión”, cuenta. “Estábamos por allí, caminando y me dijeron de ese modo. En realidad me gustó. De hecho mi cuenta en instagram es La Cocoa 18, así me pueden buscar”.
Elly está preparándose para la brega. José Offerman, su mánager, sabe que cuenta con él para jugar en la franja ancha o en la tercera base. Sólo queda esperar que suba el telón de la campaña para ver cómo se adapta Elly a LIDOM. Ya he demostrado que tiene con qué.