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Para todos los amantes del béisbol, el nombre de Javier Báez es sinónimo de intensidad y pasión sobre un terreno de juego. Los entendidos del rey de los deportes saben que el boricua es de esos peloteros especiales que se disfrutan su trabajo como nadie y que se entregan al máximo cada vez que saltan al diamante. Sin embargo, el mal del que adolecen dichas figuras es que a veces, el temperamento los traiciona.

Al parecer, fue esto lo que le ocurrió en el día de ayer a Javier Báez, toletero de la selección de Puerto Rico, quien en el duelo contra Venezuela no pudo contener su ira una vez que llegó al dugout. La descarga de ira no se logró captar en imágenes televisivas, pero según relató un comunicador norteamericano en la red social Twitter la misma acabó siendo desmedida.

De acuerdo con las palabras de Marc Luino, un reconocido creador de contenido con más de 71 mil seguidores en la web del pajarito azul y casi 200 mil más entre sus otras cuentas, El Mago explotó después de ser ponchado por el abridor venezolano Pablo López. Su floja actuación en el plato contra el diestro vinotinto más el marcador de 7×0 desfavorable de ese instante, habrían desencadenado el lamentable acontecimiento.

Se dice que una vez que llegó a la cueva, Báez comenzó a golpear con su bate las paredes, el banquillo y hasta el filtro que contenía el agua de la delegación puertorriqueña.

No se sabe qué pasó después y tampoco si alguien intentó calmarlo o hablar con él en los momentos posteriores a este evento, pero quedó más que claro que a Javy lo traicionaron las emociones.