Your browser doesn’t support HTML5 audio

Todos los que amamos el béisbol conocemos a Aaron Judge, sabemos que se trata de uno de los peloteros más rimbombantes de esta época y de que probablemente sea en la actualidad, el bateador más formidable de todos. Su premio MVP de la Liga Americana en la temporada pasada y lo cerca que se quedó de lograr la hazaña de la Triple Corona confirman su talento, así como también el contrato que firmó con los Yankees de Nueva York por 360 millones de dólares y 9 años de servicio antes de arrancar la presente zafra.

Sin embargo, hay algo que pocos conocen de la carrera de El Juez y, aunque no le quita nada, sí que lo deja inscrito en la historia de las Grandes Ligas de una manera no tan agradable. Se trata de una doble jornada de la cual hoy se conmemoran 5 años y es preciso traerla a cuenta porque, por extraño que parezca, los fenómenos como el número 99 de los Mulos del Bronx también tienen días malos e incluso, nefastos.

Recuerdos para el olvido

El 4 de junio del 2018 los Bombarderos enfrentaron en una doble cartelera a los Tigres de Detroit. En ella dividieron la miniserie, resultando el primer duelo en triunfo de los de la Gran Manzana por pizarra de 7×4 y el segundo en alegría para los Bengalíes por marcador de 4×2. No obstante, lo que llama la atención fue el desempeño del vigente Jugador Más Valioso del joven circuito.

En aquella ocasión, Judge se mandó la bicoca de 8 ponches, convirtiéndose en el toletero con mayor cantidad de retiros en contra por la vía de los 3 strikes en un día de doble partido, al menos desde 1920. En total, si contamos ambos cotejos, se fue de 9-0 con 1 boleto y 8 regresos al dugout por la calle de los abanicados. De hecho, el único turno en que no se ponchó fue el segundo del primer enfrentamiento, en el que acabó siendo out en la inicial luego de batear un rodado al campocorto.

Sin lugar a dudas, una tarde y una noche que seguramente el jardinero querrá desaparecer de su mente para siempre. Eso sí, aquel momento se lo tomó con naturalidad diciendo: “No fue un día difícil, fue un día terrible, pero la belleza del béisbol es que me voy a despertar mañana con nuevos y frescos turnos al bate”.