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Mientras se desarrolla en Round Robin de la temporada 2022-2023 de la LIDOM, todo parece indicar que estamos viendo los últimos compases de Melky Cabrera como jugador activo de béisbol. Según diversos medios, el hombre de 38 años de edad le habría comunicado al club de las Águilas Cibaeñas y a estos mismos que este será su último campeonato con el uniforme puesto. Para él, ya su paso por los terrenos ha llegado a su fin y es hora de colgar los spikes.
Entre los motivos que aludió para alejarse de los diamantes, el extoletero de los Yankees de Nueva York en las Grandes Ligas aseguró que quiere dedicarle más tiempo a su familia, en especial a sus 4 hijas con quienes no ha podido compartir lo suficiente por su ajetreada labor como beisbolista. Sin embargo, consideramos que puede irse tranquilo no solo gracias al dinero que ganó, sino también a la huella que dejó, sobre todo en Las Mayores, donde estuvo un total de 15 años.
Como pelotero de MLB, Melky logró ganar un anillo de Serie Mundial con los Mulos del Bronx en el 2009, acudir a un Juego de Estrellas y ser el MVP de dicho careo, acontecido este en el año 2012. Por esa razón, este es el momento oportuno de recordar su mejor momento en el Big Show, uno que pocos recuerdan ya que pasa desapercibido, pero que es digno de traer a colación ahora que estamos ante el ocaso de la trayectoria de Cabrera.
Dos zafras para el recuerdo
Aunque su estadía en el mejor béisbol del mundo fue larga, la mejor época a nivel personal para Melk Man fue entre 2011 y 2012, época en la que vistió los uniformes de los Reales de Kansas City y los Gigantes de San Francisco en ese par de zafras, respectivamente.
Entre ambos torneos sumó un total de 1117 turnos al bate y alcanzó a disparar 360 hits para un promedio de bateo de .322. Además, disparó 29 jonrones, 69 dobletes y 15 triples, también estafó 33 almohadillas, recibió 71 boletos, tuvo OBP de .360, un slugging de .489 y un OPS de .849. Todo esto le valió para decir presente en el All-Star Game 2012, pero un positivo a sustancias prohibidas le truncó la posibilidad de ganar el Título de Bateo y casi seguramente un Bate de Plata con la casaca de los Giants.
A partir de allí, las cosas jamás volvieron a ser iguales para un bateador que parecía haber encontrado la receta contra los pitchers de la élite mundial.