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El jardinero de los Yankees se convirtió en el dominicano número 41 en lograr tres cuadrangulares en un solo partido. Superó a Joe DiMaggio como el más joven en hacerlo con el uniforme de Nueva York y revitaliza su estatus de promesa ante una temporada crucial.
Jasson Domínguez, conocido como “El Marciano” por su extraordinario talento, irrumpió de manera espectacular el pasado viernes 9 de mayo en el béisbol de Grandes Ligas, al conectar tres jonrones y remolcar siete carreras en la contundente victoria 10-2 de los Yankees sobre los Atléticos. Con solo 22 años y 91 días de edad, el nativo de Valverde, República Dominicana, se convirtió en el jugador más joven en la historia de los Yankees en lograr tal hazaña, eclipsando la marca establecida por el legendario Joe DiMaggio en 1937.
Más allá del impacto inmediato, esta actuación revitaliza el perfil de Domínguez, un prospecto que llegó con altas expectativas tras breves apariciones en 2023 y 2024, pero que hasta ahora había tenido una presencia modesta en la ofensiva de los Yankees. Su noche de ensueño en el Suttler Health Park, actual hogar temporal de los Atléticos en Sacramento, representa una chispa necesaria en un equipo donde Aaron Judge ha llevado casi en solitario el peso ofensivo.
Un lugar en la historia dominicana
Con este hito, Domínguez se convirtió en el dominicano número 41 en conectar tres cuadrangulares en un partido de Grandes Ligas, un club selecto que comenzó con Manny Jiménez el 4 de julio de 1964. Sin embargo, no es el más joven de esa lista: Vladimir Guerrero Jr. lo logró con apenas 22 años y 22 días, en abril de 2021. La hazaña también lo ubica en una conversación de elite entre slugger dominicanos, encabezados por Sammy Sosa, quien logró esta proeza seis veces en su carrera, todas con los Cachorros de Chicago.
Detrás de Sosa, se alinean otros nombres ilustres como Alex Rodríguez (5), Albert Pujols (2) y Aramis Ramírez (2). A nivel de longevidad, Nelson Cruz mantiene el récord como el dominicano de mayor edad en hacerlo, con 39 años y 33 días, en 2019.
Una explosión bilateral que ilusiona
El detalle técnico más fascinante de la noche de Domínguez fue su versatilidad al bate: conectó un cuadrangular como derecho y dos como zurdo, reafirmando su capacidad como bateador ambidiestro. Hasta ese momento, acumulaba solo dos jonrones en la temporada y ocho en total desde su debut, lo que hace aún más impresionante su repentino estallido ofensivo.
Este partido no solo refresca su línea estadística, sino que podría marcar un antes y un después en su temporada. En un año donde los Yankees buscan recuperar su protagonismo y donde las lesiones han amenazado la profundidad del roster, actuaciones como la de Domínguez son cruciales para mantener el impulso.
El contexto de una hazaña rara
En lo que va de la temporada 2025, solo cinco jugadores han logrado juegos de tres jonrones: Aaron Judge, José Ramírez, Iván Herrera, Eugenio Suárez (quien incluso conectó cuatro) y ahora Domínguez. Esto resalta la rareza y valor de la proeza, especialmente para un pelotero que aún está labrando su camino en la Gran Carpa.
Curiosamente, algunos de los más grandes jonroneros de la historia —como David Ortiz (541 HR), Rafael Palmeiro (569) y Gary Sheffield (509)— nunca pudieron firmar una actuación de tres vuelacercas en un juego. Lo de Domínguez no es común ni siquiera entre leyendas.
Un futuro que vuelve a ilusionar al Bronx
El rendimiento de Domínguez despierta una renovada ilusión en la afición de los Yankees. Después de años de ver pasar prospectos con promesas incumplidas, el Marciano ofrece un destello de esperanza. Su juventud, potencia natural y capacidad de jugar ambos jardines lo convierten en una pieza valiosa para el presente y futuro del equipo.
Aunque aún hay dudas sobre su defensa en el left field y sobre su consistencia ante lanzadores de alto nivel, el talento está ahí. Y noches como la del 9 de mayo sirven como recordatorio de que, si logra ajustar su enfoque y mantenerse saludable, puede convertirse en una figura central en el béisbol de los próximos años.
En resumen, Jasson Domínguez no solo escribió una página dorada en su carrera, sino que también reforzó el linaje dominicano de poder en las Grandes Ligas. Y si este partido fue el despertar definitivo del Marciano, el universo del béisbol debería prepararse para una nueva estrella en expansión.