Fue la gran apuesta de Al Ávila, el hombre que podría reescribir la historia en Comerica Park y lo puede hacer en 2023, pero este año, de ser una especie de mensajero, de enviado divino para reivindicar la mística de una franquicia que había marcado época en la primera década de este siglo, bajo la égida del gran Jim Leyland, de ser eso, quizás todo, Javier Báez ha sido nada.

Entre 2006 y 2015, los Tigres fueron uno de los equipos más determinantes no solo en la Liga Americana sino en todo el béisbol, con presencia en dos Clásicos de Otoño, 2006 y 2012 y la impronta de hombres como Justin Verlander, Max Scherzer, Drew Smyly, Aníbal Sánchez, Miguel Cabrera, Magglio Ordoñez, Austin Jackson y Gerard Laird, por solo citar, la impronta de esas figuras trasciende hasta nuestros días para poner la parada bien alta e incrementar la nostalgia en la fanaticada del elenco de Michigan.

Un gran peso a cuestas

Con el peso de cargar con esa responsabilidad llegó Javier Báez a Detroit, ya con el aval de su fama adquirida en sus años con los Cachorros de Chicago, donde fue artífice de aquel título en 2016 y las cosas pintaban bien, pero desde abril, el guion se torció y si bien el boricua ha intentado retomar el camino, solo unos leves decorados podrían cambiar algunos matices de su fiasco de campaña.

Báez nunca encontró el rumbo, todos pidieron paciencia, el gerente Al Ávila hasta horas antes de ser despedido, el manager AJ Hinch, el mismo Miguel Cabrera, pero nada y hasta su magia en el campocorto, exagerada por sus brillantes jugadas, esa magia ha quedado eclipsada por el impacto de sus números.

Números y más

Por un lado, está su paupérrima ofensiva, 241 de average, 14 jonrones, 58 carreras impulsadas y un OPS de 667, pero analizando sin sutilezas, también se ha visto desconcentrado, carente de confianza, de ese ímpetu de años anteriores y en su swing puede estar la muestra de lo que hablamos.

Tal como lo cuenta MLB. Network, el puertorriqueño ha seguido dando destellos de su maestría en la posición, pero sus 26 errores lo ubican como el único torpedero de Grandes Ligas en rebasar las 20 marfiladas, para sumar un total de 46 en las dos últimas zafras y mostrar una perspectiva diferente de como pensamos a Javier Báez.

En este punto interrogante se impone por si sola, ¿Un mal año? o… ¿Es Javier Báez un jugador sobrevalorado?