Jeimer Candelario ya es el presente de los Tigres de Detroit y todo apunta a que en el futuro cercano, tanto como en 2023 pueda ser la cara de la franquicia junto a Javier Báez.

Tres años atrás, cuando irrumpió en la plantilla parecía ser un jugador más, otro de esos que parecen llegar de casualidad a Grandes Ligas, por una buena racha o por ser la única opción a mano.

La transformación

Al año siguiente, en 2020, la evolución fue colosal, al punto que Candelario fue ganador del Premio al Tigre del Año.

Sus números en ese entonces así lo reflejaron, 297 de average, 7 cuadrangulares y 29 carreras impulsadas.

Las cosas alrededor de su figura comenzaba a adquirir otros tonos y en 2021 despejó todas las dudas, una mejor condición física influyó en un mejor swing y por ende en una buena proyección ofensiva.

En la pasada campaña, el tercera base bateó para 271 con 16 jonrones y 67 carreras impulsadas.

Candelario volvió a ganar el premio al Tigre del Año y adquirió protagonismo total en el nuevo proyecto que empezaba a hilvanar AJ Hinch.

La realidad

A sus 28, el antesalista pasó de ser un inadvertido a convertirse en imprescindible dentro de la plantilla felina.

Hoy con las nuevas figuras que han ingresado a los Tigres, como el estelar Javier Báez, además de Spencer Torkelson y Riley Greene; el rol de Candelario cobra mayor importancia, pues ya hablamos de un bate sólido y de un jugador maduro que puede estar entrando en el momento cumbre de su carrera.

Si bien Candelario no es de los más vistosos en defensa, tampoco es un guante de palo y la capacidad para adaptarse en primera base lo vuelve más competitivo aún.

Ya los Tigres le ofrecieron un contrato de 5.8 millones para este año 2022 y evitaron el arbitraje salarial pero como se proyectan sus números debe recibir una buena oferta en el 2023, incluso se estima un pacto de varias temporadas.

Números

En 2022 pudieran llegar los 20 vuelacercas  para Jeimer Candelario, incluso sobrepasarlos; además de las 80 impulsadas

De la noche a la mañana la realidad de Jeimer Candelario ha dado un giro radical y su historia, sin mucho foco mediático, puede estar entrando en los mejores capítulos.