Siempre sobrio, hasta en los peores momentos y esa sensación de ser un témpano, de que el mundo se puede estar cayendo a sus pies y el permanecer ecuánime, con ese hablar pausado y la seguridad de que está enfocado en hacer el trabajo; esa sensación que evoca su personalidad, dura, algo recia, propia de su físico, hablamos de unos 6 pies y pocos menos de 200 libras; esa sensación le da un toque singular a Joe Girardi.

Y fue así, hasta el momento de ser despedido, allá por mayo, Girardi mantuvo la creencia firme de que estaba haciendo su trabajo, de que lo podía hacer, pero no, un récord de 22-29 en el segundo mes de la temporada, con un equipo armado para ganar, un récord así no daba para pensar otra cosa y Dave Dombrowski lo despidió.

Cinco meses después

Cinco meses después, con los Filis en la Serie Mundial, las piezas se acomodan y los hechos ratifican que el problema era él, Joe Girardi, el mismo que había llegado al elenco de Pensilvania en 2020, con el pedigrí de haber sido el “salvador” de los Yankees, el “mánager de la crisis”, como le llamó Gay Talese en su célebre perfil.

Apenas una temporada con cierto halo de positivismo, esa de 2021, cuando una marca de 82-80 hacia pensar que este 2022 era el año de los Filis, el momento de regresar a playoffs y fue así, lo ha sido, pero sobraba Girardi, simplemente eso.

Y en esta historia emergen otras historias, como historias paralelas con hilo en común, Joe Girardi; por un lado, los Filis, de la mano del entonces coach de banca Rob Thomson llegando al Clásico de Otoño, por el otro, los Yankees de Nueva York siendo barridos por los Astros de Houston, en la Serie de Campeonato y una vez más quedando a las puertas de la Serie Mundial.

Flashback

Yankees, Filis, Joe Girardi, el fracaso, el éxito, otra vez el fracaso y en perspectiva, el tiempo corre hacia atrás hasta ese año 2008, cuando un inexperto entrenador de 44 años, el mismo que se había retirado apenas cinco años antes en Busch Stadium como receptor suplente de los Cardenales de San Luis, ese Joe Girardi que entre 1996 y 1999 vistió el uniforme de telas a rayas de los Mulos, ese Girardi llegaba al Bronx para suplir a la leyenda, Joe Torre.

Todos dudaron, un receptor de la media, con 14 temporadas jugadas en Grandes Ligas, casi siempre como segundo o tercero, desde que debutó allá por 1989 con los Cachorros de Chicago, ese Joe Girardi llegaba a Nueva York con la misión de ganar, de volver a ganar y debía hacerlo bien.

En ese momento los Yankees llevaban 8 años sin imponerse en la tierra prometida, habían llegado en 2001 y 2003, pero las sucesivas derrotas ante Cascabeles de Arizona y Marlins de Miami sentaron un feo precedente en el ambiente beisbolero de la Gran Manzana y cierto derrotismo comenzó a impregnarse.

 El mensajero del Medio Oeste

Girardi llegó, como un flechazo directo desde el Medio Oeste hasta el bullicio y la sonoridad sin límites de Nueva York, tal como señala Talese en su obra; solo había dirigido una temporada, dos años antes, en 2006, cuando asumió con los Marlins de Miami, pero esa de 2008, era su prueba de fuego.

Y no fue un mal año en cuanto a ganados y perdidos, pues los Bombarderos cerraron con forja de 89 y 73, tal como lo muestra Baseball- Reference, pero otra vez quedaron en el camino y la gente le pedía la cabeza a Girardi.

Con el final del “viejo” Yankee Stadium regresó la esperanza en 2009 y eso Girardi lo supo leer bien y lo aprovechó y fue la temporada perfecta, los Yankees ganaron 103 juegos y no pararon hasta el Clásico de Otoño, para vencer en 6 juegos a los poderosos Filis de Ryan Howard y Chase Utley.

Lo había logrado, era el “mánager de la crisis” y los siguientes 8 años llegarían otras campañas muy buenas, 95 victorias en 2010, 97 en 2011, otra vez 95 en 2012 y cinco años después en 2017, en aquel 2017 con aquel séptimo juego ante los Astros de Houston, acababa la leyenda de Girardi, sin volver a una Serie Mundial, pero siendo un tipo ganador, el hombre de la corona 27.

 Un buen momento para regresar

Hoy, cinco meses después  de acabar el calvario en Filadelfia, con Aaron Boone haciendo las maletas y los Yankees en peligro de desmoronarse por completo, en plena crisis, Joe Girardi luce de nuevo como un serio candidato, tal vez el hombre más indicado para regresar, asumir y arreglar el asunto, ya una vez fue “mánager de la crisis”, ¿por qué no volver a ahora?, la idea comienza a sonar con fuerza y la posibilidad del regreso a casa sienta la pauta de una gran historia de cara al 2023, ¿ será?