El venezolano Johan Santana sigue siendo recordado con cariño absoluto dentro de todas las mayores siendo uno de los peloteros que se ha encargado de firmar historia más interesante dentro de la franquicia de los Mets de Nueva York, pues hace unos cuantos años atrás se encargó de realizar un hito de los más destacados cuando por primera vez en la historia del equipo se lanzó un No-No y por si fuera poco, el tovareño lo haría en condición de local.
Tomando en consideración este detalle, es más que suficiente acotar que para el número 57 fue un momento especial en su carrera porque se encargó, luego de haber estado durante largos años con la novena de los Twins de Minnesota, de hacer completa historia en el mejor béisbol del mundo, dejando claro que, en ese momento estaba en uno de los más grandes de su carrera, por no decir la cumbre del nacido en el estado Mérida.
Este día miércoles se hizo el momento de los honores en donde se estaba cumpliendo ni más ni menos que la cantidad de diez años atrás y que obviamente, el volver a un estadio como el de Nueva York para él significó un momento de recuerdos gratos. El “Gocho” como es reconocido en su tierra ha lanzado ya cuatro veces un juego sin hit ni carreras, sin embargo, era el primero y eso hizo mucho más especial lo realizado para la franquicia neoyorquina.
En parte de las declaraciones hechas, Santana reconoció lo siguiente al estar en el encuentro:
“Estoy contento de estar de regreso, después de tanto tiempo. Estar en Nueva York es algo con muchas emociones. Esta bienvenida la acepto con mucho cariño”.
Sabiendo esto, también es de recalcar en parte de la historia que se posicionó como gran contendor para figuras como Aníbal Sánchez, Carlos Zambrano y también Henderson Álvarez.
Como un detalle más que relevante, Santana haría una entrevista a Steve Helbs de SNY donde reveló el siguiente momento emotivo con uno de los guardias de seguridad del recinto cuando ya el encuentro había acabado y él se encontraba en el Clubhouse:
“Vi a Dominick, uno de seguridad. Recuerdo salir del clubhouse esa noche. Estaba llorando y me abrazó. Me dijo que pensaba que su padre nunca vería un juego sin hits en su vida… Fue muy emotivo».