Jonathan Villar relanzó su carrera en 2019 y FanGraphs nos muestra que una línea de 274/339/453 más sus 40 bases robadas, le daban un estimado de 3,9 victorias sobre el reemplazo y eso lo volvía una pieza interesante para tener en cuenta.

Pero el dominicano bajó bastante en 2020, bateando apenas para 232 y en 2021 fue más de lo mismo, con una hoja de corte bien pobre, 249/322/416 pero igual los Cachorros de Chicago vieron algo de béisbol todavía en el quisqueyano y le ofrecieron un contrato de seis millones de dólares por un año.

De mal en peor

Sin embargo, como una fábula de Esopo, la historia de Jonathan Villar no cambió, fue para peor incluso y el manager David Ross le tuvo paciencia, creyó en un despertar del caribeño, pero eso nunca llegó y con un bateo de apenas 222, fue puesto en asignación sin miramientos.

Y la suerte acompañó a Villar, pues con los Angelinos de Anaheim cortos de personal en su cuadro y viviendo una situación bien compleja que conllevó a la salida del manager Joe Maddon, Jonathan Villar recibió un contrato de Grandes Ligas e irá al roster de 40 del elenco de la división oeste en la Liga Americana.

La noticia

De acuerdo con MLB.com, en un movimiento correspondiente, en pos de abrirle un hueco a Villar en la lista activa, el relevista Archie Bradley fue ubicado en la lista de lesionados de 60 días.

La noticia precisa que el salario restante del jugador, hablaríamos de un monto cercano a los 3,4 millones de dólares lo estarían pagando los Cachorros en buena parte, con los Angelinos completando el resto del dinero, la parte mínima respecto a un jugador que llega a una escuadra en este tipo de circunstancias.

La expectativa

El dirigente interino, Phil Nevin y la gerencia de modo general, esperan que Villar retome su mejor versión, una similar a aquella de 2019, pues su aporte podría vital en el trabajo de un infield que ha quedado a deber, mucho más tras la salida de Anthony Rendón por el resto de la temporada.

¿Qué pasará?, el tiempo dirá lo que si es seguro que Jonathan Villar tiene en sus manos una tabla de salvación que debe aprovechar, de lo contrario el panorama se le pone bien negro.