Julián Javier es salvo la gran excepción de Albert Pujols, la figura dominicana que más ha dado a los Cardenales de San Luis a lo largo de su historia. En una carrera de 12 años el exgrandesligas logró ganarse el corazón de la afición del club de Misuri, con el cual llegó a ganar incluso par de anillos de Serie Mundial en las temporadas de 1964 y 1967 y con cuyo uniforme acudió a 2 Juegos de las Estrellas, en las zafras de 1963 y 1968.
Fueron años dorados para la carrera de un hombre que fue ejemplar dentro y fuera de los diamantes. Por esta razón, el oriundo de San Pedro de Macorís recibió de parte de la franquicia de sus amores un acto conmemorativo que seguramente no olvidará y al cual acudieron otras leyendas del conjunto.
En dicha ceremonia fue presentado su dorsal 25 al tiempo que él fue exaltado al Salón de la Fama de los Pájaros Rojos. Le acompañaron su hijo Stanley, el empresario Andrés Van der Horst y nada más y nada menos que Mark McGwire, otrora jonronero del equipo a finales de los años 90’s.
Orgullo quisqueyano
Al expelotero de 86 años de edad le fueron colocados en una vitrina del Busch Stadium los siguientes artilugios: una camisa suya de cuando fue beisbolista activo, uno de los guantes que utilizó mientras defendió la segunda base de la escuadra, varias fotos de su época dorada y un retrato grande de él posando con la indumentaria de los Cardinals.
Asimismo, hay un afiche debajo de todo esto que narra sus hazañas con la novena de San Luis, así como también varias curiosidades de su carrera, estadísticas y varias cuestiones más que enriquecen y engalanan su leyenda.
Alegre por su progenitor
Stanley Javier, hijo del premiado exjugador, escribió un bonito y extenso mensaje dirigido a su padre en sus redes, en el cual se pueden destacar las siguientes palabras:
“Hoy mi padre, a sus 86 años casi cumplidos no dudo que haya encontrado el momento donde siente una gran felicidad y satisfacción con su vida”.