Los Astros de Houston y los Phillies de Philadelphia le están dando al planeta beisbolero lo que se esperaba y también lo que se merece: un primer juego de infarto. Mientras se encuentran a punto de abrir la entrada número 8, pelean por hacerse con la delantera y empata a 5 carreras por bando. Sin embargo, una figura sobresale por encima del resto y esa es la del jardinero Kyle Tucker.
Este guardabosques ha cargado con el peso ofensivo de la escuadra sideral y con par de bambinazos ha producido 4 de las 5 rayitas que posee su conjunto. En un Clásico de Otoño donde todos apuntaban a la aparición de otras estrellas, Tucker se está erigiendo como el gran líder de los Astros.
Así llegaron los batazos
El primero de los estacazos de vuelta completa del patrullero derecho tuvo lugar en el segundo episodio, cuando con las bases vacías, el marcador en cero y en conteo de 1 bola y 1 strike hizo un swing de gradas para mandar lejísimos la bola inaugurando de esa manera el electrónico.
Ya con el encuentro 2×0 a favor de los locales, le volvió a llegar el turno nuevamente al mismo toletero en el capítulo siguiente, pero esta vez en situación más apremiante y con par de compañeros en las almohadillas. Allí, con todo el aplomo del mundo en conteo máximo de 3 bolas y 2 strikes, volvió a sacar las manos con furia para esta vez, depositar la esférica en las tribunas adyacentes entre las praderas del centro y de la derecha, lo que desató la locura en el Minute Maid Park.
Llegó la respuesta
Aunque Houston arrancó con todo, la visita pegó también y con 2 ofensivas consecutivas en los tramos 4 y 5 igualó el encuentro. La paridad dijo presente en la pizarra cuando JT Realmuto impulsó par de camaradas hasta el plato con un largo doblete.