Clay Holmes siempre creyó en él y más allá de la prominencia de sus números, la causa de exitoso presente pudiera estar ahí, pues todo es una cuestión mental, en la actitud con la que afrontemos las pruebas del destino está la clave y Holmes pensó que podía explotar su potencial con los Yankees de Nueva York y lo ha hecho.

Al momento de escribir este texto, Clay Holmes compila para una efectividad de 0,49, en 35 juegos trabajados, sumando 36,2 tramos de actuación y salvando 14 encuentros y uno lo ve y se pregunta, ¿Será real?, pues esa manera tan consistente, al punto de que parece algo fácil llegar allí, hacer unos lanzamientos previos y después dominar a placer con esa combinación mortal bola rápida, sinker, deslizador; esa forma de Holmes es algo de ciencia ficción en el béisbol moderno.

 

Sin embargo, todo tiene su porque, sus causas y la explicación de este Clay Holmes imposible la puede tener el entrenador de pitcheo de los Mulos, Matt Blake.

En una entrevista concedida a MLB Network Radio, Blake aseguró que la base del éxito de Holmes está en el perfeccionamiento de su sinker, a raíz de un trabajo constante y meticuloso, basado sobre todo en el mejoramiento del agarre.

Blake alegó que el secreto estaba en la forma en que se alinean las costuras y por ende en obtener la mejor versión de ello y de forma constante.

Al mismo tiempo el preparador, contó que además de su sinker perfeccionada, Clay Holmes complementó su repertorio con un control deslizante un poco más amplio, en cuanto al modo de romper en el home, respecto a los demás lanzadores del equipo.

Un estudioso del juego

De igual modo Matt Blake señaló que Holmes es un estudioso del juego, muy meticuloso, va al detalle de las cosas, en los videos, en los partidos viendo a los bateadores rivales y el resultado de eso es lo que vemos hoy.

Lo cierto lectores es que Aroldis Chapman salió, también el nicaragüense Jonathan Loáisiga y buena parte de la afición y de los analistas se preguntaron que iba  a ser del relevo de los Mulos, y jamás pensaron que Aaron Boone podía tener una carta guardada bajo la manga y que su nombre fuera a ser, Clay Holmes, hasta entonces un desconocido, un buen pitcher y nada más, hoy es séptimo en salvados en la Liga Americana pero sin dudas el taponero de mayor nivel en lo que va de temporada.