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El comisionado de la MLB, Rob Manfred, eliminó a Pete Rose, “Shoeless” Joe Jackson y otros jugadores de la lista de inelegibles de forma permanente, abriendo la puerta al Salón de la Fama. Mientras algunos celebran el gesto, otros lo consideran una traición a los principios fundamentales del deporte.

Un giro histórico con ecos del pasado

El béisbol, deporte de tradiciones profundas y códigos sagrados, vivió uno de sus momentos más polarizantes este 13 de mayo de 2025, cuando el comisionado de las Grandes Ligas, Rob Manfred, anunció la eliminación de figuras como Pete Rose y “Shoeless” Joe Jackson de la lista de inelegibles de forma permanente. Esta decisión representa mucho más que una enmienda al pasado: para algunos es un acto de justicia largamente esperado; para otros, un atentado contra la esencia misma del juego.

Pete Rose, máximo líder en hits en la historia de la MLB con 4,256 imparables, ha vivido décadas de exclusión por haber apostado en partidos mientras era jugador y mánager de los Cincinnati Reds. Desde 1989, Rose ha sido la figura emblemática de lo que significa cruzar la línea entre la pasión competitiva y la violación ética del deporte.

Con la decisión de Manfred, no solo se reescribe el destino de Rose y Jackson —ícono de los Black Sox de 1919—, sino que también se cuestiona la naturaleza misma del perdón, la redención y la integridad en el béisbol moderno.


El legado de Bart Giamatti y la advertencia de su hijo

Marcus Giamatti, hijo del difunto excomisionado Bart Giamatti —quien firmó la suspensión de por vida a Pete Rose en 1989— fue uno de los primeros en alzar la voz, calificando el día como “oscuro” para el béisbol. En declaraciones a USA Today, Giamatti fue tajante:

“Es un día seriamente oscuro para el béisbol. Para mi padre, todo se trataba de defender la integridad del juego. Ahora, sin integridad, creo que el béisbol como lo conocemos dejará de existir. ¿Cómo pueden los fanáticos confiar en la pureza del juego sin ella?”

La palabra “integridad” resuena con fuerza en su crítica. El argumento es claro: permitir la rehabilitación pública de jugadores que violaron los principios del juego podría erosionar la confianza del público y abrir la puerta a futuras concesiones éticamente peligrosas.

¿Redención o concesión peligrosa?

Los defensores del levantamiento de la inhabilitación sostienen que Pete Rose ha pagado su castigo con creces. A sus 84 años, ha pedido disculpas públicamente en varias ocasiones y se ha mantenido como una figura activa en la cultura del béisbol. Además, resaltan que en la actualidad, la MLB ha normalizado la relación con las apuestas deportivas, firmando acuerdos con casas de apuestas e incluso promoviendo plataformas de sports betting.

Ante este contexto, la pregunta que divide opiniones es: ¿Es justo castigar a Rose bajo una moral que la propia liga ha redefinido?

El argumento se fortalece con el hecho de que otros jugadores con casos cuestionables —como Barry Bonds y Roger Clemens, involucrados en el escándalo de esteroides— han recibido apoyo en su candidatura al Salón de la Fama, aunque sin éxito hasta ahora.

El Salón de la Fama aún no está garantizado

Es importante aclarar que esta decisión de Rob Manfred no significa una inducción automática de Rose, Jackson o los otros jugadores retirados de la lista negra al Salón de la Fama. Simplemente los hace elegibles. El proceso sigue en manos de los votantes, quienes tendrán la última palabra en un proceso que promete estar cargado de controversia.

Sin embargo, el gesto tiene peso simbólico: rompe una barrera que por décadas parecía inquebrantable. Es una apertura que podría cambiar la manera en que el béisbol juzga a sus figuras más polémicas.

¿Qué dice el futuro del béisbol?

La decisión de Manfred se inscribe en un momento de transición para la MLB. Nuevas reglas, avances tecnológicos, mayor presencia de apuestas y un enfoque más comercial están transformando el deporte. Esta nueva era plantea una reevaluación de los valores que han guiado al béisbol durante más de un siglo.

Pero la pregunta de fondo sigue latente: ¿puede evolucionar el béisbol sin sacrificar su alma? Para algunos, la respuesta está en el equilibrio entre justicia y perdón. Para otros, en la inquebrantable defensa de principios que no deberían ceder ante presiones del presente.

Un día que será recordado

La rehabilitación de Pete Rose no solo revive un debate histórico, sino que desafía la identidad del béisbol. Rob Manfred, con esta decisión, ha hecho más que cambiar una política: ha marcado un antes y un después en la manera en que la MLB trata su pasado y proyecta su futuro.

Queda ahora en manos de los votantes, los historiadores y los fanáticos decidir si esta medida será vista como un acto de justicia o como el inicio de una peligrosa pendiente ética. Pero lo que es seguro es que el béisbol, desde este 13 de mayo de 2025, ya no será el mismo.

MLB