Aaron Boone se lesionó la rodilla izquierda en un juego de baloncesto el 16 de enero de 2004.
Los Yankees quieren que sus jugadores jueguen béisbol y nada más. El contrato estándar de los Yankees de Nueva York prohíbe la participación incluso en las actividades más insípidas, incluidos los bolos, el tenis de mesa, el billar, la pesca, el croquet. También están prohibidas las actividades más aventureras, como rodar troncos, trineos y carreras de obstáculos.
En todo el béisbol, sin embargo, es casi estándar que los jugadores no pueden jugar baloncesto. Eso es lo que estaba haciendo Aaron Boone el 16 de enero, cuando se lesionó gravemente la rodilla izquierda. La temporada y el contrato de Boone se pusieron en peligro, y los Yankees luchaban por encontrar un antesalista titular.
La lesión llegó en el peor momento posible para los Yankees, con prácticamente todos los tercera base ya firmados para la próxima temporada.
Los Yankees tenían tres opciones: no hacer nada y pagarle a Boone su salario de $5.75 millones; anular el contrato y dejarlo en libertad; o ajustar el contrato y mantener a Boone con la esperanza de que pueda regresar más adelante en la temporada.
Boone se lesionó en un gimnasio cerca de su casa en Newport Beach, California. Sólo estaba buscando una alternativa a la caminadora y a su entrenamiento aeróbico, pero tomó una mala decisión: tirar al aro.
Los Yankees habían cambiado a su mejor prospecto de lanzadores, Brandon Claussen, a los Rojos por Boone el 31 de julio. Bateó .254 con seis jonrones con los Yankees en la temporada regular y, además de su jonrón que aseguró el banderín del Juego 7 contra Boston, jugó mal en octubre.
Aún así los Yankees se movieron rápidamente para volver a firmar a Boone después de la temporada, evitando el arbitraje salarial con un jugador que pensaron que podría prosperar. El alcance de Boone en el campo y la velocidad en las bases emocionaron a los Yankees,
Las mejores opciones de los Yankees eran dos jugadores utilitarios veteranos: Miguel Cairo, un agente libre firmado que jugó 12 juegos en tercera para los Cardenales la temporada anterior, y Enrique Wilson, quien jugó allí 17 juegos para los Yankees.
Erick Almonte, quien jugó como campocorto mientras Derek Jeter estuvo lesionado la temporada 2002 fue otra opción. La organización casi se había dado por vencida con Drew Henson, el ex mejor prospecto de tercera base.
Con el entrenamiento de primavera a solo tres semanas de distancia, los Yankees tendrían que esperar para evaluar a los antesalistas de otros equipos durante la temporada de exhibición. Contaban con pocos prospectos superiores en su sistema agrícola para comerciar.
Adrián Beltré de los Dodgers se mencionaba a menudo en los rumores de canje, pero un oficial de béisbol dijo que Beltré no estaba disponible. El ex All-Star José Hernández no estaba firmado, pero había jugado terrible su última campaña.
Los Yankees tenían la opción de dejar a Boone en libertad durante el entrenamiento primaveral y pagarle 30 días de rescisión, alrededor de $942,000. Boone era agente libre después de la temporada 2004.
El abridor Mike Mussina era el único yanqui que tenía permiso contractual para jugar baloncesto y tenía restricciones. A Mussina se le permitía jugar solo por un período de tres semanas antes del 1 de enero, y solo en la cancha bajo techo en su casa en Montoursville, Pensilvania.
Existía un precedente de anulación de un contrato debido a la actividad fuera del campo de un jugador. En 1994, Atlanta se ahorró alrededor de $4.6 millones al liberar al jardinero Ron Gant en el entrenamiento de primavera después de que se rompió la pierna en un accidente de motocross.
Cuando Boone se lesionó, los Yankees quedaron necesitados de un tercera base, y cuando los Yankees necesitaron un tercera
base, el campocorto de los Texas Rangers, Alex Rodríguez, reconsideró su objeción a jugar en la tercera base. Y cuando Rodríguez
lo reconsideró, los Yankees tuvieron éxito en menos de 72 horas donde los Medias Rojas habían fracasado durante cinco semanas de temporada baja, logrando un canje sin precedentes por el MVP reinante que también era el mejor jugador del juego.
Boone, el mismo tipo que hacía cuatro meses golpeó el jonrón en la undécima entrada que puso fin al Juego 7 de la Liga Americana
para la Serie de Campeonato y sepultó a Boston, ahora tomaba su lugar A-Rod.
Uno de los funcionarios de los Medias Rojas se lamentó después del canje:
“Solo hubiese pedido a Dios, que Aaron Boone nunca tocara una pelota de baloncesto”.
Con Rodríguez, los Yankees se conviertieron en los Beatles del béisbol, tal era su talento y poder que abrían el campamento con 17 All-Stars, incluidos siete habituales que habían ganado un MVP o que terminó entre los siete primeros en la votación, y cuatro de
los ocho jugadores en la historia del béisbol que firmaron un contrato por valor de más de $100 millones (Rodríguez, Derek Jeter, Jason Giambi y Kevin Brown).
¿Cómo, por ejemplo, coexistirían Rodríguez, de 28 años, y Jeter, de 29? Ambos estaban firmados hasta 2009 con cláusulas de no intercambio; el superior el defensor de los dos, Rodríguez, jugaría fuera de posición; y la amistad entre ambos se tensó, por críticas de A-Rod a Jeter. Aunque muchos compartían un pensamiento: “La mejor alineación sería A-Rod en short y Jeter en segunda, pero no sucederá porque es el equipo de Derek Jeter“.
No obstante Alex Rodríguez en cuanto a deferir al campocorto de los Yankees y moverlo a la tercera base dijo:
“No lo veo como un gran problema en absoluto. Lo veo como un nuevo desafío. Gané dos Guantes de Oro y un MVP en campocorto. Pensé que había logrado casi todo personalmente en el campocorto. Ahora es el momento de ganar. siempre he me consideraba un jugador de equipo. Jugar la tercera base es una jugada para el equipo”.
Nunca antes los Yankees de George Steinbrenner habían sido más acorde con la opinión de Fitzgerald sobre los muy ricos: “Son
diferente a ti y a mí”. Con el comercio de Rodríguez, los otros 29 franquicias miraban a Nueva York con más desprecio no sólo
porque hacía más ricos a los Yankees, pero también porque fueron afortunados. A-Rod cayó en el regazo yankee en menos de una semana antes de empezar los entrenamientos de primavera, y fueron capaces de negociar tal obligación financiera relativamente pequeña con Rodríguez ($16 millones promedio anual) menos que a Jeter y Giambi, menos de lo que le pagarán los Medias Rojas a Manny Ramírez y Pedro Martínez, y menos de lo que pagaban los Astros de Houston a Jeff Bagwell, un primera base de, para entonces, 35 años.
Es más, Rodríguez agregó solo $2.4 millones a los de Nueva York. La nómina de 2004 quedó tal como estaba antes de que Boone jugara baloncesto. Los Yankees le pagaron a Rodríguez $15 millones ese año, $ 12.6 millones combinados que habrían debido
a Boone ; $ 2.2 millones, al tercera base fallido, el prospecto Drew Henson quien renunció para buscar una carrera profesional en la NFL; y el segunda base Alfonso Soriano ($5.4 millones), quien fue enviado a Texas en el trato de Rodríguez.
Texas acordó pagar $67 millones de los $179 millones (más de siete años) que dejó el récord original del contrato original por 10 años y $252 millones, de Rodríguez.
El canje aligeró a los Rangers a largo plazo por alrededor de $ 120 millones (incluidos los intereses), liberándolos para ahorrar o gastar los ahorros mientras reconstruían lo que había sido un equipo del sotáno durante cuatro años consecutivos.
El propietario de los Orioles de Baltimore, Peter Angelos, fue uno de los que se quejó del comisionado Bud Selig, sugiriendo que el comisionado había presionado mucho para acomodar el intercambio de Rodríguez a Boston para que el mejor jugador del juego pudiera llegar a una franquicia competitiva y de alta visibilidad. Y se inquietó más al ver que Rodríguez terminó como yanqui, porque la nómina de Nueva York de alrededor de $ 190 millones, $ 70 millones por delante de Boston. Sin embargo, Selig aprobó el canje.
Boston podría haber tenido a Rodríguez en diciembre, pero se decidieron por Ramírez, al intentar reestructurar el contrato de A-Rod, debido a una diferencia de $15 millones entre lo que estaban dispuesto a pagar a Rodríguez y lo que el sindicato permitiría en la
devaluación del contrato de A-Rod. Cuando los Medias Rojas escucharon que Nueva York estaba involucrado en conversaciones con Texas sobre Rodríguez, hicieron un intento inútil de volver a la caza.
Con el propietario de Texas, Tom Hicks fracasó en su plan de construir un equipo ganador en torno a Rodríguez. A-Rod solo se perdió un juego en los tres años en Texas mientras bateaba .305 con 156 jonrones y 395 carreras impulsadas, pero otras inversiones, no pudieron permitirle seguir inyectando dinero en la nómina. Un divorcio costoso: Para 2025, cuando el último de sus pagos diferidos vence, Hicks le habrá pagado a Rodríguez $140 millones por tres años de servicio.
Después de que terminaron las conversaciones con Boston, Hicks le había nombrado a Rodríguez el 25 de enero capitán y prometió una relación a largo plazo. Pero tres semanas después, Scott Boras, agente de Rodríguez, llamó al gerente general de los Yankees
Brian Cashman para ofrecerle a otro cliente suyo, al primera base agente libre Travis Lee y Cashman mencionó cuántos problemas estaba teniendo tratando de reemplazar a Boone. No había logrado sacar a Adrián Beltré de los Dodgers de Los Ángeles. Entonces a Boras se le ocurrió… ¿Por qué no Rodríguez? Aficionado de los Mets mientras crecía, Rodríguez siempre había querido jugar en Nueva York. Boras hizo una broma al respecto a Cashman para plantarla la idea, entonces inmediatamente llamó a Rodríguez.
“Tendrías que decidir qué significa la posición de campocorto para ti, y entiende que estarías dándote por una oportunidad de ganar. Piénsalo.”
Rodríguez volvió a llamar a Boras al día siguiente y le dijo: “Hagámoslo”.
Aaron Boone fue dejado en libertad en febrero.
Y así fue que derrepente Rodríguez tenía su uniforme de los Yankees, con el número que eligió: 13, su número en fútbol mientras estuvo en la escuela secundaria. Su habitual número de béisbol, 3, fue retirado por los Yankees en homenaje a otro toletero joven que se escabulló de los dedos de los Medias Rohas de Boston y fue a parar a NewYork: Babe Ruth.
Lo mejor para Alex Rodríguez, fue llegar al Bronx aún muy joven y sabiendo que tenía al menos siete años por jugar con Derek Jeter y establecer su propio legado. Terminó perteneciendo 13 años a los Yankees, y jugando 12 temporadas, pues en 2014 no accionó por estar suspendido.
A-Rod ganó un par de MVP y una Serie Mundial con los Yankees mientras también se quedó fuera esa temporada debido a fallar pruebas de PED, y Aaron Boone regresó en 2005 para jugar cinco temporadas más para cuatro clubes antes de ir a la cabina de transmisión de ESPN y luego regresar a los Yankees en 2018 como mánager.
La historia de Alex con los Yankees, nacida de la desgracia ajena, un drama invernal de 2003-04 desatado por el desafortunado juego de baloncesto de Aaron Boone en un gimnasio, culminó en una carrera gloriosa, aunque con alguna que otra mancha solar, como su vinculación a los esteroides. Pero en definitiva, uno de los más completos y talentosos jugadores de la historia. Y el mejor pagado de todos los tiempos.