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Por qué Kris Bryant representa la mayor decepción contractual en la historia reciente de las Grandes Ligas.
La temporada 2025 ha comenzado de forma devastadora para los Rockies de Colorado. Con un récord de 3-13 al 15 de abril, el equipo no solo ostenta la peor marca de toda la MLB, sino que su panorama se sigue nublando con noticias que golpean tanto a nivel deportivo como emocional. La última y más preocupante: su máxima inversión en años recientes, Kris Bryant, ha sido colocado en la lista de lesionados debido a una enfermedad degenerativa del disco lumbar.
La noticia no llega como una sorpresa total. Desde su llegada al equipo en 2022, luego de firmar un contrato de siete años y $182 millones de dólares, el rendimiento de Bryant ha estado marcado por ausencias prolongadas y estadísticas decepcionantes. En su primera campaña jugó solo 42 encuentros, en 2023 sumó 80, y en 2024 apenas disputó 37 partidos. Las lesiones han sido una constante, pero ahora el diagnóstico adquiere un tono crónico y preocupante: una dolencia que no solo compromete su presente, sino también su futuro como jugador profesional.
El cuerpo le dice basta
La decisión de ponerlo en la lista de lesionados fue retroactiva al domingo 13 de abril, después de que el jugador fuera evaluado por el reconocido cirujano de columna Dr. Robert Watkins en Los Ángeles. El mánager Bud Black explicó que el problema llevaba días aquejando a Bryant, y que prefirieron actuar de forma preventiva para evitar que la situación empeorara.
“Esto es una agravación de lo que ya venía arrastrando”, afirmó Black. “No queremos que dé pasos hacia atrás tratando de jugar con dolor. Tendrá que aprender a manejar su espalda durante la temporada, como otros jugadores deben hacer con partes específicas de su cuerpo.”
Aunque la esperanza del equipo es que pueda regresar en diez días, los antecedentes no son alentadores. Este tipo de condiciones degenerativas no desaparecen; se tratan y se manejan, pero limitan severamente la durabilidad y el nivel competitivo del atleta.
Un contrato que se convierte en una carga
Cuando los Rockies apostaron por Bryant, lo hicieron con la esperanza de convertirlo en la cara de la franquicia. Venía de una carrera prometedora que incluyó un premio al Novato del Año en 2015, un MVP en 2016 y una Serie Mundial con los Cubs. Sin embargo, ese talento y potencial no ha logrado traducirse en resultados desde su llegada a Colorado.
Las cifras son demoledoras: en lo que va de la temporada, Bryant batea apenas para .154, con solo seis imparables y una carrera impulsada. Cifras muy por debajo del estándar para un jugador con su salario y estatus. La inversión de $182 millones ya es vista como una de las más fallidas en la historia reciente de la MLB, especialmente considerando la situación actual del equipo, que no muestra signos de reconstrucción o progreso.
¿Y ahora qué?
La pregunta que muchos se hacen es clara: ¿puede Kris Bryant volver a ser el jugador dominante que fue alguna vez? La respuesta es incierta. Las dolencias crónicas en la espalda han sido el ocaso de muchas carreras, incluso en atletas jóvenes. Si bien Bryant todavía tiene 33 años, la perspectiva de que logre sostener una temporada completa sin interrupciones luce lejana.
En el ámbito financiero y deportivo, los Rockies enfrentan una encrucijada. Están atados a un contrato que ya no rinde frutos, en medio de una división altamente competitiva como la Liga Nacional Oeste, donde rivales como Dodgers y Padres siguen reforzándose sin piedad.
Reflexión final
La situación de Kris Bryant es un reflejo de lo impredecible que puede ser el deporte profesional. Un contrato millonario, una trayectoria de estrella, una promesa de liderazgo… todo puede esfumarse con una dolencia que no aparece en el scouting report. Lo que parecía una era dorada para los Rockies con la llegada de su nuevo rostro, hoy es una pesadilla administrativa y médica.
Más allá del impacto en Colorado, este caso abre el debate sobre el riesgo de los contratos largos a jugadores con historial médico delicado, y sobre la necesidad de equipos con presupuestos limitados de gestionar mejor sus inversiones.
En definitiva, Kris Bryant no solo lucha por volver al diamante. Lucha por reivindicar su legado, justificar su presencia en la élite del béisbol, y tal vez, por rescatar su carrera de una dolorosa e inesperada caída.