Hace unas semanas, casi un mes para ser preciso, el prestigioso reportero del New York Post, Jon Heyman, daba a conocer que los Yankees tuvieron la idea de cambiar al talentoso Jasson Domínguez como parte del paquete de jugadores que ofrecieron por el dominicano Luis Castillo.
La noticia trascendió y si bien ciertos rumores se habían fomentado en los días cercanos al 2 de agosto, la fecha límite para cambios, si bien fue de este modo, la información no dejó de sorprender pues Domínguez no es cualquier jugador, hablamos del avalado como prospecto número 2 de los Mulos y en esta temporada ha venido rindiendo a buen nivel.
Los hechos
Y todos sabemos lo que pasó, Luis Castillo terminó recalando en los Marineros de Seattle, los Bombarderos adquirieron a Frankie Montas para calmar un poco los ánimos de la fanaticada y al mismo tiempo, Jasson Domínguez, recién ascendido a doble A por aquel entonces, Domínguez continuaba mostrando su potencial en la filial clase A alta de la franquicia.
Ya en los primeros 75 juegos, con los Tampa Tarpons, el quisqueyano había dejado una línea ofensiva de 266 de average con 9 jonrones y 36 carreras impulsadas, registros válidos para ser llamado al Juego de Estrellas del Futuro y al siguiente nivel de Ligas Menores.
Más de lo mismo
En Hudson Valley, Domínguez ha retomado el mismo paso y su impacto ha sido un guion extendido de su trabajo anterior ya que en 39 desafíos, tal como lo muestra Baseball Reference, ha conectado 44 hits en 152 veces al bate para sumar un average de 290, con 4 jonrones y 19 impulsadas.
El crecimiento del antillano ha sido evidente en aspectos tales como las bases por bolas obtenidas y los triples, con 69 y 6 respectivamente, como refleja de su disciplina en el plato y sus habilidades como jugador.
En este punto, es un criterio casi generalizado que el buen momento de Jasson Domínguez ha sido la mejo respuesta que le ha podido dar a la directiva de los Yankees, cuando pensaron canjearlo a comienzos de agosto, pues su accionar en el diamante jornada tras jornada, es la mejor manera de enviar un claro mensaje sobre un ascenso más que inminente a los Somerset Patriots, la sucursal doble A de los Mulos de Manhattan.