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En una de las declaraciones más impactantes del año pasado, Luis Severino, después de una difícil actuación contra los Orioles, admitió sentirse como “el peor lanzador del juego”. Esta honestidad, junto con su inteligencia, es una de las características definitorias de Severino, y su lucha fue evidente durante toda la temporada pasada.

A pesar de que su material seguía siendo sólido, Severino parecía haber perdido algo intangible pero crucial en su juego. Sin embargo, esta temporada ha sido diferente. Con los Mets, ha logrado una efectividad impresionante de 2.14, mostrando una mejora notable en su desempeño.

La diferencia clave entre el Severino de 2023 y el que estamos viendo ahora es la confianza. Mendoza, quien ha estado cerca de Severino durante gran parte de su carrera, señaló que ahora está más agresivo en el montículo y se mantiene al ataque.

Además de su mentalidad renovada, Severino ha realizado mejoras tangibles en su repertorio de lanzamientos. Durante el invierno, trabajó en Driveline Baseball para dividir su slider en un cortador y un barrendero, lo que le ha dado más profundidad y variedad a su arsenal. También ha agregado carrera a su recta, lo que la hace más engañosa para los bateadores.

Además de sus ajustes técnicos, Severino ha abordado problemas pasados, como sus cambios de tono y su aparente falta de ellos. Ha trabajado para limpiar estos aspectos de su juego y ha recibido retroalimentación positiva de su equipo en cuanto a su entrega.

En resumen, Severino ha superado obstáculos emocionales y técnicos para recuperar su confianza y su forma en el montículo. Ya no se preocupa por ser visto como el peor lanzador del juego, sino que se enfoca en ofrecer un rendimiento sólido para su equipo. Con una mentalidad renovada y un repertorio mejorado, Severino ha demostrado que está de regreso en la cima de su juego.

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