Cuatro meses ya y la incertidumbre solo crece frente al futuro del béisbol en la Gran Carpa, pues hasta hoy todo es retroceso y nada indica siquiera si se va a jugar la temporada aún.
Tal parece que hay un guión trazado con antelación y como en los mejores filmes de suspenso, a lo Alfred Hitchcock, la tensión estará hasta el final en estas negaciones entre la MLB y el Sindicato de Jugadores.
El reclamo por la sustitución de Rob Manfred se acrecienta con el paso de los días y con ello crece el rechazo hacia su gestión, además de que se cierran de a poco todas las opciones para un posible acuerdo.
Ante la incertidumbre…la duda
! Sigan la ruta del dinero! – sentencian , Carl Bernstein y Bob Woodward en su célebre libro, El escándalo de Watergate; un texto que sirvió para desenmascarar una trama de espionaje ilegal dentro de las altas esferas del gobierno de Estados Unidos a comienzos de los años 70 del pasado siglo.
La investigación dio al traste con la renuncia del entonces presidente Richard Nixon y la hazaña de los dos reporteros ha quedado en la historia como un ejemplo de como se mueven los hilos del poder.
En este punto nadie duda del poder real de la MLB y del señor Rob Manfred como cara visible de ese poder y por ende tampoco se puede dudar de que otra vez, el factor dinero esta haciendo de las suyas.
Más leña al fuego
Para atizar mucho más la polémica, se dio a conocer en las últimas horas que se cancela una semana de los entrenamientos primaverales, por lo cual hasta el 18 de marzo no abrirían las acciones de pretemporada.
Con esta situación y mirando los hechos desde una perspectiva optimista, la campaña regular estaría comenzando en la segunda quincena de abril, sobre el día 20; esto de no aparecer otra traba más en el camino.
El rechazo a esta situación crece por día y son muchas las personalidades que se han pronunciado al respecto; siempre criticando la hostilidad e incapacidad de las partes para llegar a un acuerdo.
Desde el dueño de los Padres de San Diego, pasando por el mismo Mike Trout, hasta llegar a senadores como Bernie Sanders; todos han señalado la responsabilidad de Manfred con este asunto, pues si algo está en juego es la salud y la imagen de este deporte.
El béisbol es pasatiempo nacional en Estados Unidos pero también en Venezuela, Dominicana, Venezuela, Puerto Rico, Cuba; en todo el Caribe y más allá hasta Japón y Corea del Sur.
El hecho de situar al béisbol como patrimonio exclusivo de unos pocos resulta más que injusto, lacerante; la gente quiere ver a sus estrellas, sentir esa cosquilla que produce la ansiedad por un conteo cerrado o la algarabía por un batazo descomunal.
Si hay dinero detrás de todo este entramado, el tiempo dirá, por ahora el horizonte es bien gris y que tengamos temporada siquiera, será la mayor bendición.