Luego de perder 14 juegos de 18, los Yankees de Nueva York han ganado los tres últimos partidos; una buena victoria el domingo, como merecido regalo para Paul O Neill y después, lunes y martes, triunfos imponentes ante los Mets en casa, para devolver el pase de escoba recibido en Citi Field y retomar al parecer la senda del triunfo.

En este lapso han emergido muchas buenas historias, el despertar de Andrew Benintendi, la buena salida de Frankie Montas y el reencuentro de Aaron Judge con el jonrón, después de compilar para apenas 133 de average en los últimos desafíos.

La figura

Sin embargo, en medio de la crisis ha nacido otra historia, una buena, de esas que sutilmente se van escribiendo día a día y ayer mismo vimos otro capítulo, cuando el talentoso Ron Marinaccio volvió a salir en funciones de relevo y no lo pudo hacer mejor, 4 outs, con un ponche y una base por bolas, ratificando su excelente estado de forma.

Y si, cuando todos se preguntan por Clay Holmes y tratan de encontrar una explicación al desplome de un hombre que había estabilizado como cerrador, luego de su impresionante primera mitad; cuando crecen las dudas por la baja de Michael King o la forma deportiva de Aroldis Chapman y Jonathan Loáisiga; aparece la figura de Marinaccio para arrojar algo de luz en la fanaticada de los Bombarderos del Bronx.

Sin mucho ruido

Sin el foco mediático de otros, Marinaccio, a sus 27 años ha sido una sensación con los Mulos este año y luego de su último trabajo sus números hablan solos; 27 juegos trabajados, 1-record de 1-0, con una efectividad de 1,72 y 37 ponches en 31, 1 tramos de labor; de acuerdo con Baseball-Reference.

De igual modo, Marinaccio compila un respetable whip de 0,80 y lo mas interesante, es que, desde el 22 de mayo, su efectividad se reduce a 0,35.

Indispensable

Al mismo tiempo, otro dato de interés en este sentido, Ron Marinaccio lanzó entre el 7 de junio y el 28 de julio, 14,2 entradas sin permitir ni hits ni carreras, trabajando en 11 partidos; ¡Increíble!

De a poco, a base de mucha constancia y trabajo duro, el calibre de Marinaccio se ha impuesto y ahora mismo es uno de los indispensables para el manager Aaron Boone, ya pensando en la postemporada.