Dudas, tedio y ansiedad sin límites, después la búsqueda y el encuentro, varias veces, varios reencuentros y son tantas las maneras para describir el presente de Craig Kimbrel, sus sombras, sus 10,20,30 sombras para darnos la idea del cuadro surrealista que vemos hoy.

– Todo es una cuestión de tiempo- le dijo Craig Kimbrel a Bill Punklett horas antes de recibir un pelotazo a 105 millas por hora, una bola salida del bate de Jake Cronenworth, durante los instantes finales del juegos entre Dodgers y Padres de San Diego, hace dos días…

Flash Back

Kimbrel hablaba de su mejoría en los cinco partidos previos, en los que no había permitido carreras, mostrando su mejor cara en la lomita en casi dos años, tal vez un poco más, pues con los Medias Blancas jamás encontró su ritmo.

Y el veterano de 34 años, por esos designios de la vida volvió a perder otro chance para salvar ante el gran rival de la división oeste en la Liga Nacional, fue la tercera vez que Kimbrel malograba una posibilidad de victoria y las dudas sobre su condición volvieron a emerger.

Y es cierto, no ha vuelto a ser el mismo, aquel de Atlanta o cuando estaba en Boston, menos el que comparaban con Erick Gagne y Trevor Hoffman, no, Kimbrel se perdió bastante y por ello sorprendió a todos el hecho de que Dave Roberts lo tomara para sustituir a Kenley Jansen.

Algunos tonos claros

El guión ha cambiado algo, se nota mejoría en su mecánica, mejor control, a ratos se ha mostrado agresivo, como antes, situándose encima de los bateadores rivales pero también, las intermitencias han permanecido, marcando la pauta, hoy y mañana bien, duro, dominante como hace tres o cuatro años, después muy fácil, bateable y carente de control en sus comandos.

Esos altibajos han definido este 2022 con los Dodgers y sus números dan una nuestra fiel al respecto, un récord de 1-4 con efectividad de 4,78 y 41 ponches en 26,1 tramos.

De igual modo los rivales le promedian 264 de average al momento de escribir este texto y su whip de 1,52 validaba su falta de dominio.

La confianza perenne

Pero Dave Roberts lo quiere, no tiene dudas al respecto y por eso lo llevó a Los Ángeles, confió y lo sigue haciendo en que Kimbrel todavía tiene mucho béisbol por brindar.

Como quiera sus 14 juegos salvados en 17 intentos nos muestra que todavía Kimbrel puede hacer el trabajo y en ello ponen su confianza todos en California y más allá.

El lanzador regresará este jueves a la acción con más de 80 juegos por delante y una convicción de poder hacerlo bien otra vez, sería algo así como Craig Kimbrel autorelevándose sin ciclos ni retornos, al menos eso quiero pensar.