Luego de la derrota en la final del Clásico Mundial en 2013, los puertorriqueños se quedaron con la espina clavada ante los dominicanos y desde el mismo instante que Fernando Roodney apuntaba al cielo en señal de victoria, desde ese momento se comenzó a planificar la venganza.
Cuatro años después, días antes de la final entre Puerto Rico y Estados Unidos en la edición de 2017, salió la historia de todo lo que se había hecho para crear un team work, o trabajo en equipo por parte de los puertorriqueños.
El encargado de articular y darle forma a la preparación de los puertorriqueños en este sentido rumbo al cuarto Clásico Mundial fuel el entonces capitán, Yadier Molina.
Desde el certamen de 2013 y después de la salida del legendario Iván Rodríguez, el Yadi había asumido los jalones de líder y su mandato a partir de entonces no ha podido ser mejor… hablamos de dos medallas de plata.
La personalidad
Las historias del liderazgo de Yadi trascienden el tiempo y las fronteras, son historias que van desde su paso por los Cardenales de San Luis, aconsejando, dirigiendo a los pitchers, diciendo la palabra exacta en el momento justo.
En el tercer Clásico Mundial, fue el artífice principal para que Puerto Rico llegara a la final.
El Yadi terminó siendo parte del Todos Estrellas como receptor y lució dando batazos claves en partidos cruciales; frente a Japón, Estados Unidos y también Venezuela durante la primera ronda.
La hora cero
Todavía muchos se preguntan lo que sucedió, pues resulta difícil creer que el poderoso equipo de Puerto Rico luego de arrasar en todas las rondas del cuarto Clásico Mundial, así sin más, quedara anulado ante un buen equipo de Estados Unidos.
Suceso curioso
Volviendo a 2017, tenemos que meses antes del Clásico, Yadier Molina había creado hasta un grupo de whatsapp para que los jugadores se fueran conociendo y por ende fuera naciendo buena química entre ellos, pues el Yadi sabía que para unir im grupo se necesitaba más de un mes de preparación, el tiempo estándar para los entrenamientos de las selecciones rumbo al Clásico.
Todo le salió perfecto y cuando los peloteros llegaron a Arizona la fusión era total.
El poder aglutinar a los talentosos jugadores de esta forma fue algo que se le ocurrió al Yadi como excepcional líder.
También llegó la venganza ante Dominicana y Molina se vistió de héroe con soberano cuadrangular por el jardín izquierdo.
Hubo un momento, ya en semifinales que todos hinchabamos por Puerto Rico.
Al final, la misión de ser campeones no se pudo concretar pero la semilla quedó plantada y la generación de 2017 irá al quinto Clásico con cinco años más de experiencia.
Vale resaltar que el Yadi volvió a quedar en el Todos Estrellas como receptor por segundo Clásico consecutivo.
El legado
Los nombres de Carlos Correa, Francisco Lindor, Javier Baez así como Martín Maldonado, descollan por su propio talento y para colmo hace unos meses, Yadi Molina aseguró que iría al certamen, no como jugador sino de asistente o coach.
Sin dudas, tener a Yadier presente, será un plus adicional que puede incidir en los resultados que tanto anhelan los puertorriqueños.
La historia por ahora no termina, Yadi jugará en 2022 su último año en Grandes Ligas, quiere ir al Clásico como entrenador y después nadie sabe lo que pueda venir.
La pasión es inmensa y hablamos de un hombre enamorado del juego, figura icónica de los Clasicos Mundiales y orgullo para todos los latinos.