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La lluvia impidió que el Licey jugara este sábado, pero el único partido de la jornada selló el boleto al round robin de los actuales bicampeones. Es la vez número 57 que el equipo azul traspasa la barrera de la serie regular. En esta oportunidad, ya ha dado el primer paso en la búsqueda de reeditar un “three-peat” (ganar tres campeonatos en forma seguida) por segunda ocasión en su historia y primera en 40 años.
Con marca de 25 victorias y 19 derrotas, el Licey ha asegurado jugar para .500, marca que ya no puede ser alcanzada por al menos uno de los equipos que luchan por el último lugar de clasificación, ya que ambos (Escogido y Gigantes) tienen 25 derrotas y tienen un partido pendiente entre ellos. Los felinos se unen a Águilas y Estrellas, que antes habían sellado sus pasajes al todos contra todos.
El picheo y la ofensiva: pilares del éxito del Licey
El picheo colectivo de los bicampeones lidera el torneo en efectividad (2.82), WHIP (1.09), bateo del oponente (.211), bases por bolas por cada nueve episodios (3.00) y en blanqueadas con 5. Estos números reflejan una consistencia impresionante en el montículo, donde cada lanzador ha sabido desempeñarse al máximo, manteniendo a los bateadores rivales en jaque. El bullpen azul, por su parte, se destaca con una efectividad de 2.52, un WHIP de 1.02, holds (52), salvamentos (14) y un bateo del oponente de apenas .194, mostrando la fortaleza y profundidad del relevo.
En la ofensiva, Emilio Bonifacio ha sido una pieza clave. Lidera en hits (51) y anotadas (33), es segundo en bases por bolas (22), quinto en bases robadas (12), porcentaje de embasarse (.371) y sexto en OPS (.756) entre bateadores calificados. Su capacidad para embasarse y anotar carreras ha sido fundamental para el equipo. Sergio Alcántara también ha brillado, embasándose en 31 de sus últimos 33 partidos. Lidera en bases por bolas (24) y es tercero en porcentaje de embasarse (.386) y OPS (.831) entre bateadores calificados de LIDOM.
La situación crítica del Escogido y la competencia por el último boleto
El Escogido, un equipo con una rica historia en el béisbol dominicano, se encuentra en una encrucijada. La derrota reciente no solo selló el boleto del Licey al round robin, sino que también complicó aún más sus propias aspiraciones de clasificar. La racha de derrotas ha expuesto debilidades en todas las áreas del juego, desde el picheo hasta la ofensiva.
Los Gigantes y los Toros también están en la lucha por el último boleto. Ambos equipos deben enfrentar una competencia feroz y la presión de cada juego será inmensa. Los Gigantes, con un récord idéntico al del Escogido, tendrán un enfrentamiento crucial que podría definir su destino en la temporada.
La batalla por la supremacía y la supervivencia
La clasificación del Licey al round robin no solo es un testimonio de su consistencia y calidad, sino también un reflejo de la competencia feroz en la liga. Cada equipo ha mostrado destellos de brillantez, pero solo los más consistentes y adaptables han logrado avanzar. Para el Licey, la meta ahora es clara: mantener su impulso y buscar el anhelado three-peat. Sus fortalezas en el picheo y la ofensiva les dan una ventaja significativa, pero deben mantenerse enfocados y preparados para los desafíos que les esperan.
Para el Escogido, los Gigantes y los Toros, el camino es más incierto. La presión de cada juego y la necesidad de victorias cruciales pondrán a prueba su capacidad de recuperación y su mentalidad competitiva. El béisbol, como la vida, está lleno de sorpresas y reveses, y estos equipos deberán encontrar la forma de sobreponerse a sus desafíos si quieren mantener viva la esperanza de clasificar.
En conclusión, la temporada 2024 ha sido un espectáculo de contrastes y emociones. El Licey ha demostrado ser un equipo de élite, mientras que otros luchan por encontrar su ritmo y asegurar un lugar en el round robin. La recta final promete más drama y emoción, con cada juego contando más que nunca en la búsqueda del campeonato.