La Liga Dominicana de Beisbol Profesional (LIDOM) es una de las entidades más sacrosantas de la sociedad dominicana. La continuidad del circuito desde hace más de 60 años, la seriedad con la que se trabaja y los resultados obtenidos a lo largo del tiempo son una demostración fehaciente de que cuando la sociedad civil, la empresa privada y el deporte se unen se lograr maravillas.
Mucha gente cree que LIDOM trabaja solo cuatro meses al año. Aún hay quienes creen que una liga profesional se maneja igual que cualquiera de las ligas aficionadas que pululan por allí. Olvidan todo el gasto físico, mental y emocional que requiera organizar un torneo donde se paga, y esto se debe entender, se paga por jugar. Los peloteros son profesionales, ese es su trabajo. Lidomo trabaja todo el año, los 12 meses, sin parar.
Eso sin contar la cantidad infinita de dinero que produce LIDOM de manera directa e indirecta. “Siempre he dicho que LIDOM es una actividad que revitaliza la economía y a la sociedad”, cuenta Alberto Rodríguez, periodista deportivo.
“Fuera del estadio hay actividades vinculadas a la pelota: colmados, colmadones, y otras actividads comerciales. El beisbol profesional dinamiza la sociedad de manera directa, porque genera empleo y negocios”, cuenta.
Basta con salir a la calle cuando hay temporada. No solo se observan personas vistiendo orgullosamente las enseñas de sus equipos sino que en los parques, plazas, colmados, supermercados y en los trabajos hasta los más serios personajes y más encopetadas de las señoras esgrimen sus argumentos a favor de su equipo con una vehemencia increpible; muchos de ellos argumentan y comentan lo ocurrido el día anterior como el más avezado de los catedráticos.
La cuenta regresiva es un hecho y la opinión pública, industria publicitaria, telefónicas, empresa de bebidas alcohólicas y no alcohólicas y las grandes tiendas por departamentos del país enfilan sus baterias en la temporada. Es la manera más efectiva de llegar a mucha gente, de captar prospectos y tener clientes a cada rato.
El 15 de octubre se cantará la voz de ¡Play Ball! en todo el país. Desde ese intante, hasta terminado enero toda la República Dominicana será una fiesta, un jolgorio, una amalgama de colores, risas y batazos.