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En el mundo del béisbol, a veces los talentos emergentes pasan desapercibidos hasta que una oportunidad los pone en el radar. Este es el caso de Elly de la Cruz, un joven jugador que, a pesar de no haber tenido la exposición inicial que otros prospectos, ha demostrado un talento excepcional en las Grandes Ligas. Sin embargo, su entrenador, Cristian “Niche” Batista, cree que la falta de tiempo para prepararlo adecuadamente pudo haber limitado su potencial económico en sus primeros años como profesional.
Cuando Batista, un exitoso entrenador con un historial impresionante de lanzar peloteros al escenario internacional, conoció a De la Cruz a los 14 años, vio en él un potencial prometedor. A pesar de sus limitaciones físicas iniciales, Batista convenció a los Rojos para que lo firmaran por una modesta suma de US$65,000 en 2018. En ese año, otros prospectos dominicanos recibieron bonos mucho más grandes, pero De la Cruz pasó desapercibido debido a sus herramientas físicas menos impresionantes en ese momento.
Sin embargo, De la Cruz ha demostrado que el talento a menudo supera las expectativas. En su segunda temporada en las Grandes Ligas, lidera en bases robadas y ha demostrado ser una fuerza significativa en el campo. A pesar de su éxito actual, Batista cree que si hubiera tenido más tiempo para preparar a De la Cruz antes de su firma, podría haber asegurado un contrato más lucrativo.
Batista explica que De la Cruz estaba físicamente débil en ese momento y necesitaba un programa intensivo de entrenamiento para desarrollar su fuerza y habilidades. Aunque su talento era evidente, su falta de físico le impedía obtener un contrato más sustancial. Batista lamenta que, debido a la prisa por firmar prospectos jóvenes, no tuvo la oportunidad de preparar adecuadamente a De la Cruz para maximizar su valor en el mercado.
En retrospectiva, Batista cree que si hubiera tenido más tiempo para trabajar con De la Cruz y fortalecerlo físicamente antes de su firma, podría haber asegurado un contrato más lucrativo. Este caso destaca los desafíos que enfrentan los jóvenes talentos en el mundo del béisbol, donde el tiempo y la preparación adecuada a menudo pueden marcar la diferencia entre un contrato modesto y uno millonario.