No se puede negar que la temporada 2022 ha sido muy positiva para la franquicia de los Mets de Nueva York, quienes están a solo dos victorias de llegar al centenar de triunfos, con un puesto asegurado en la postemporada, pero aún en esa muy dura lucha con los Bravos de Atlanta y el primer lugar de la división Este de la Liga Nacional.
Esto último ha sido algo que de igual forma no ha dejado de preocupar a los seguidores neoyorquinos, porque sabemos muy bien que el poder clasificar como ganadores de división y con un buen registro de victorias, te podrá garantizar el jugar las series divisionales y esquivar la ronda de comodines.
Desde el pasado 7 de septiembre ha existido la incertidumbre dentro de esta franquicia, cuando ocurrió la lesión del dominicano Starling Marte, al recibir un pelotazo en uno de sus dedos, ocasionándole una fractura, dejando a los Mets sin uno de sus principales y más destacados elementos y de paso en una etapa crucial de la temporada.
Se esperaba que en un lapso de 15 o 20 días podía estar de regreso a la acción, pero de acuerdo a lo declarado por él mismo y por su manager Buck Showalter, aún tiene su dedo entablillado y con algo de dolor, sin aún estar en condiciones de poder agarrar un bate o una pelota con firmeza.
Ante esto, el mayor reto que afronta el quisqueyano es si en caso que pueda retornar al diamante, lo pueda hacer a plenitud y en capacidad de aportar lo que venía haciendo antes de esa infortunada acción, sobre todo en las instancias decisivas del campeonato.
Marte actualmente ostenta el segundo mejor promedio de bateo de los Mets, con su .292, solo superado por el .322 de Jeff McNeill, con una titularidad indiscutible en su primer año en Nueva York, por lo que sería un golpe muy duro para esta franquicia el que no pueda retornar.
De momento, los metropolitanos al caer en el primero de la serie de tres juegos ante los Bravos en el ‘Truist Field‘, se encuentran igualados en la cima del Este, procurando ganar al menos un encuentro y definir todo en el ‘Citi Field‘ ante los Nacionales, contando con Pete Alonso, McNeill y el boricua Francisco Lindor como los motores ofensivos.