Con 29 juegos por disputar en la actual temporada de Grandes Ligas, los Rays de Tampa Bay están de lleno en la pelea para entrar a postemporada por cuarto año consecutivo y contra todo pronóstico, aspiran con fuerzas en este minuto al banderín de la división este en la Liga Americana.

Para muchos irreal y hasta extraño, pero la historia del elenco de Saint Petersburg, esa ciudad común como tantas, allí en Florida, la historia de los Rays parece salida de un cuento del realismo mágico; nadie podría pensar que un equipito modesto, bien discreto incluso, con jugadores de la media, podría estar peleando de poder a poder ante elencos grandes como Yankees y Medias Rojas de Boston.

Debió ser y no fue

Cuando Blake Snell firmó con los Padres de San Diego, un año después de la temporada de 2020 y aquella Serie Mundial histórica ante los Dodgers de los Ángeles; algunos creyeron que el barco se hundiría, pero no, bajo la égida de Kevin Cash, una especie de alter ego de Joe Maddon, el conjunto floridano regresó por todo lo alto, ganando con relativa facilidad su apartado, para después caer en la Serie Divisional ante los Medias Rojas de Boston.

Ya para este 2022, con la lesión del estelar Tyler Glasnow, la perspectiva era que la suerte, el sueño, la buena racha, todo había terminado, pero no, Cash y su grupo han debido imponerse a lesiones importantes como la del mencionado Tyler Glasnow, además de Shane Baz y otras figuras importantes como Wander Franco y Manuel Margot.

A la hora cero…la mejor versión

Sin embargo, a la hora cero, hombres como Shane McClanahan y Drew Rasmussen han asumido entre los lanzadores, con 11 y 9 éxitos respectivamente y al mismo tiempo en la ofensiva los cubanos Randy Arozarena y Yandy Díaz han sumado a la causa, además del importante plus del mexicano Isaac Paredes, cercano a la veintena de jonrones al momento de escribir este texto.

Tal parece que se trata de una maquinaria bien engrasada, con los componentes idóneos para funcionar y si algo falla, aparece la mejor variante como solución y en este punto resulta imposible no evocar el recuerdo de aquella generación que en 2008, con David Price y Evan Longoria como baluartes, llegó a la Serie Mundial ante los Phillies de Philadelphia.

Los Rays son ahora mismo el gran fenómeno del béisbol, la escuadra que está revolucionando el juego, un equipo discreto, para muchos sin posibilidades de lograr algo, pero no, son la gran historia del presente, dando siempre la impresión de que lo mejor está por llegar.