El período de firma de agentes libres internacionales de 2022 comenzó hoy y, como se esperaba, los Yankees han hecho una gran adición. Los Yankees usaron más de la mitad de su bono de $5,179,700 asignado para traer al mejor jugador disponible de la ventana: Roderick Arias. El campocorto puso lápiz sobre el papel en un acuerdo con un bono de $ 3.5 millones.
La ventana de firmas, que solía ser el 2 de julio pero se trasladó a enero pasado principalmente debido a la pandemia, estará abierta hasta diciembre. Los Yankees analizarán el resto del mercado y los jugadores disponibles, pero no se espera que tengan acuerdos adicionales con ninguno de los 50 mejores prospectos además de Arias.
Con el guante, Arias tiene un rango superior al promedio, excelentes manos y un juego de pies sólido. Su brazo también es un atributo positivo: fuerte y preciso. En general, es un fildeador cómodamente por encima del promedio en la posición más difícil del juego y podría mejorar con un entrenador profesional.
Arias no es un quemador per se, pero es un muy buen corredor. Ha sido cronometrado en 6.5 segundos en la carrera de 60 yardas, un tiempo sólido. MLB también detalla que puede anotar desde primera y segunda base con relativa facilidad, y tiene “anticipación y conciencia”.
En términos de expectativas y comparaciones con los fichajes internacionales recientes de los Yankees, Arias no está al mismo nivel de entusiasmo que Jasson Domínguez, por ejemplo, pero es un prospecto emocionante por derecho propio. Viene a una organización con un grupo de talentos del cuadro medio, pero debería estar por lo menos cuatro o cinco años lejos de la consideración de Grandes Ligas, así que ese es un problema para otro día. Es absolutamente una buena adición para el sistema de granjas de los Bombers.
A la edad de 11 años, arribó el para entonces niño a la Baseball Paulino Academy, propiedad de Daniel Paulino, quien desde hace siete años la regentea en la localidad Villa España en San Pedro de Macorís. “Me enamoré del complejo tan pronto llegué cargado de aspiraciones de algún día convertirme en pelotero profesional y mire como hoy esto se cumple en realidad”, expresa al Listín en medio de una gran sonrisa.
De clase pobre, sus padres hoy profesores, a pesar de la distancia desde los Frailes hasta San Pedro, Arias se adaptó rápido al sistema de trabajo y desde su llegada nunca descansó en hacerlo y en superarse cada día mas.