A primera vista pudiera parecer algo injusto y lo es, pues incluso, Clarke Schmidt ganó el juego de este domingo en Kauffman Stadium y a pesar de anotarse la victoria fue bajado a triple A.
Y no solo fue la victoria, no, los números de Schmidt hasta este 1 de mayo ha sido excelentes; hablamos de que en 4 juegos tiene registro de 2-2 con 1,08 de promedio de limpias.
Al mismo tiempo, el tirador derecho ha ponchado a ocho rivales en 8,1 tramos de labor, sosteniendo un whip de 0,96.
La otra cara
En este punto no es que pueda parecer injusto, no, lo es pero la decisión de Aaron Boone tiene su perspectiva racional y lógica, pues resulta que Clark Schmidt tiene todavía contrato de Ligas Menores y como no se ha utilizado mucho, el contexto genera el espacio oportuno para brindarle más opciones de juego.
De igual modo, los Yankees debieron recortar su roster en este comienzo de mes, de 28 a 26 jugadores y le tocó el turno a Schmidt, quien casi seguro va a fungir como abridor en Scranton/Wilkes-Barre, la sucursal triple A de los Mulos.
La mentalidad
Como una píldora difícil de tragar definió esta situación el relevista, después de terminar el partido en Kansas y tras saber la decisión.
El lanzador comentó que se sintió bien en abril, muy sólido, con mucha potencia y eso era importante para él, debido a sus problemas de lesión.
Schmidt no lanzaba desde el 19 de abril cuando caminó 3,1 tramos frente a los Tigres de Detroit, fulminando a seis bateadores rivales para llevarse su primer triunfo del año.
La progresión… la polémica
El derecho venía mejorando su actuación, tal como lo demuestran sus dos victorias seguidas pero Boone decidió que debía bajar y tomar más juegos.
En los Yankees es así, subes, tocas el cielo y luego en abrir y cerrar de ojos caes diez metros bajo tierra.
Así y todo, Schmidt está confiado en su trabajo, en lo que ha aprendido y cree poder regresar pronto al equipo grande.