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Después de librar varias batallas contra diversas lesiones, por fin tenemos a Luis Severino de vuelta con los Yankees de Nueva York. El lanzador dominicano subió ayer a la lomita del Yankee Stadium para medirse a los Rojos de Cincinnati y dejó excelentes sensaciones con una apertura algo corta, pero de mucha calidad. Fue la prueba fehaciente de que quizás todavía le quedan guerras por pelear en las Grandes Ligas y de las cuales puede salir airoso.
Con casi 100 días de descanso (99 para ser exactos) desde que actuó en el Spring Training, el oriundo de Sabana de la Mar volvió por la puerta grande actuando por espacio de 4.2 episodios, permitiendo 4 imparables, tolerando sólo 1 carrera y ponchando a 5 rivales; también dio una base por bolas. Con 75 pitcheos de los cuales 54 estuvieron en la zona de Strike, demostró que los Mulos del Bronx pueden tomarlo en cuenta como garantía a la hora de iniciar un cotejo.
Por otra parte, llamó la atención que varias veces estuvo mirando la pizarra como checando la velocidad de sus pitcheos, misma de la que hay que decir que si bien aún no está completamente restaurada, sorprendió gratamente por estar bastante cerca del pico que todos le conocemos a Sevy. Sobre su labor, Luis dijo tras el encuentro: “Sabía que mi salida no iba a ser larga… Quería asegurarme de que estoy bien”.
De hecho, su compañero, el jardinero central Harrison Bader, también elogió su aparición arriba del montículo: “En primer lugar, es increíble verlo de vuelta en el montículo. Amo la forma en que trabaja, amo sus cosas, amo su energía… Obtuve una muy buena vista en el jardín central. Es eléctrico. No podría estar más feliz de que haya vuelto”.
Incluso el mánager Aaron Boone alegó que ve mejorías en Severino y que aún tenía energía para seguir tirando, pero que lo llevarán poco a poco para conservarlo sano. ¿Será este el regreso triunfal del quisqueyano tras mucho tiempo divagando? Esperemos que así sea.