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La temporada 2024 de los San Diego Padres ha dejado muchos sentimientos encontrados. Por un lado, un equipo que comenzó el año con bajas expectativas logró llegar a los playoffs y competir en la Serie Divisional de la Liga Nacional. Por otro lado, la eliminación ante los Dodgers, su eterno rival, dejó una sensación de oportunidad desperdiciada.
Para muchos, esta temporada debería considerarse un éxito. Tras perder a Juan Soto, uno de sus mejores jugadores, y con un nuevo manager al mando, no se esperaba mucho de los Padres. Sin embargo, el equipo mostró resiliencia y se coló en los playoffs, logrando superar las previsiones de muchos analistas. En un año lleno de incertidumbres, los Padres encontraron estabilidad en medio del caos.
El contexto marca la diferencia
Pero el contexto es importante. Después de una desastrosa temporada en 2023, donde se quedaron cortos respecto a las expectativas, las esperanzas en San Diego no eran muy altas al comenzar este año. Aun así, el equipo todavía contaba con talento All-Star tanto en su alineación como en su cuerpo de lanzadores, por lo que una remontada en 2024 no era del todo sorprendente. Las adiciones estratégicas a mitad de temporada y una mejora significativa en los juegos de entradas extra (de 2-12 en 2023 a 10-2 en 2024) dieron nueva vida a los Padres.
El plazo de intercambios fue especialmente activo para ellos, posicionando al equipo para una posible carrera profunda en los playoffs. Esto generó expectativas que, con el tiempo, se volvieron difíciles de cumplir. ¿Debemos elogiar a los Padres por volver a ser una amenaza legítima en la Liga Nacional? ¿O deberíamos condenar su incapacidad para dar el siguiente paso, sobre todo al perder frente a los Dodgers, su rival más detestado?
Las palabras de un líder
El capitán indiscutible del equipo, Manny Machado, reflejaron esta dualidad en sus declaraciones posteriores a la derrota ante los Dodgers en el Juego 5 de la NLDS. “Duele perder, ¿verdad?”, admitió Machado, al tiempo que expresaba su orgullo por el esfuerzo del equipo. “Este grupo dio todo cada día, peleó hasta el último out. Es algo hermoso ser parte de este equipo y de todo lo que hemos hecho este año”. Las palabras de Machado subrayan la complejidad de evaluar esta temporada: un equipo que, a pesar de sus limitaciones, logró más de lo que muchos esperaban, pero que al final no pudo alcanzar la cima.
Las sombras del fracaso en octubre
El cierre de la temporada, sin embargo, dejó un sabor amargo. La ofensiva de los Padres se apagó en los últimos dos juegos de la serie contra los Dodgers, y Machado, el líder ofensivo, no estuvo a la altura. Con un promedio de bateo de .190 y seis ponches en la serie, sus carencias en los momentos clave fueron evidentes. Este es un patrón que persigue a Machado desde hace tiempo: grandes expectativas en octubre que terminan en engaño.
San Diego también sufrió por la ausencia de su como Joe Musgrove, quien fue sometido a una cirugía de Tommy John antes de la postemporada. Esto obligó a Dylan Cease a lanzar con poco descanso, lo que resultó en una desastrosa actuación en el Juego 4. Aunque es fácil culpar a las lesiones, la realidad es que los Padres no lograron descifrar el bullpen de los Dodgers ni al lanzador japonés Yoshinobu. Yamamoto, quien los dominó por completo.
Balance final: luces y sombras
A pesar de la eliminación, hay muchos aspectos positivos que los aficionados de los Padres pueden rescatar. La irrupción del joven Jackson Merrill, la energía contagiosa de Fernando Tatis Jr. y la emoción de volver a ser contendientes son razones para celebrar. Pero una revisión objetiva de la temporada también debe incluir los errores y las oportunidades perdidas.
San Diego invirtió con la mira en un campeonato en 2024. A pesar de la salida de Soto, reforzaron tanto la rotación como el bullpen. Sin embargo, su incapacidad para dar el golpe final en los playoffs sigue siendo una sombra sobre el equipo. La ciudad soñaba con algo grande, pero el sueño se desvaneció en octubre.
En conclusión, la temporada de los Padres fue una mezcla de avances significativos y fracasos dolorosos. Aunque el futuro prometedor parece con su núcleo joven y talentoso, la gran pregunta es si podrán superar los obstáculos que los frenaron este año. Para Manny Machado y los Padres, el desafío ahora es claro: convertir las lecciones de 2024 en el combustible para finalmente alcanzar la gloria que se les ha escapado durante tanto tiempo.