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Durante años, Marco Luciano fue considerado una de las mayores promesas de los San Francisco Giants. Con un poderoso swing derecho y un perfil ofensivo electrizante, el campocorto dominicano era visto como el sucesor natural de Brandon Crawford en la organización. Sin embargo, su incapacidad para adaptarse a la defensa en el cuadro interior, sumado a un rendimiento discreto con el bate en Grandes Ligas, han llevado a la franquicia a plantearle un desafío crucial para su carrera: la transición a los jardines.

Un inicio complicado en las Mayores

Luciano, de 23 años, llegó a los Gigantes con grandes expectativas tras firmar como agente libre internacional en 2018. A lo largo de su proceso de desarrollo en las ligas menores, demostró su capacidad para conectar extrabases y proyectarse como una pieza clave en la alineación. Sin embargo, su defensa en el campocorto nunca terminó de convencer, y su adaptación a la segunda base tampoco resultó exitosa.

En 41 juegos disputados en MLB entre 2023 y 2024, Luciano bateó para .217 con un OPS de .590 y no pudo conectar jonrones, una señal preocupante para un jugador cuyo principal atractivo es su poder al bate. Ante este escenario, los Gigantes decidieron moverlo a los jardines con la esperanza de que el cambio de posición le permita enfocarse en su ofensiva sin la presión de la defensa en el infield.

Un invierno de reflexión y trabajo

Tras una temporada llena de altibajos, Luciano optó por no jugar en la Liga Invernal Dominicana. En su lugar, se dedicó a entrenar con su preparador personal, Edwin Castillo, en busca de mejorar su condición física y adaptarse al nuevo rol en los jardines. En declaraciones a MLB.com, el joven pelotero reconoció que la temporada pasada se sintió “perdido” en el plato, por lo que su principal objetivo fue recuperar su confianza ofensiva.

“Simplemente trabajé en tratar de hallarme, en ser yo mismo”, declaró Luciano. “No intenté hacer muchas cosas diferentes. El año pasado me sentí perdido en la caja de bateo. Trabajé en recuperar mi esencia y sentirme como normalmente lo hago cuando bateo”.

Un nuevo desafío en los jardines

El viernes, Luciano llegó al campamento de primavera de los Gigantes con sus guantes de cuadro, pero la franquicia espera que la mayoría de sus repeticiones sean en los jardines. Competirá con otros talentos jóvenes como el venezolano Luis Matos, Grant McCray y Wade Meckler por un lugar en el roster, aunque Matos parte como favorito tras ser elegido Novato del Año en la Liga Venezolana de Béisbol Profesional.

Luciano admite que al principio se sintió “incómodo” en los jardines, pero con el tiempo ha ganado confianza. “Empecé a atrapar elevados todos los días y comencé a sentirme más cómodo”, afirmó. “Ya había jugado en esta posición antes. Realmente no fue tan difícil. Solo lo acepté, traté de dar lo mejor de mí y aprovechar la oportunidad”.

Un futuro incierto pero con oportunidades

Los Gigantes confían en que el cambio de posición le quite presión a Luciano y le ayude a explotar su potencial ofensivo. Su capacidad para conectar la pelota con autoridad a la banda contraria es destacada, pero para consolidarse en las Mayores necesitará demostrar más poder de halar.

El manager Bob Melvin expresó su deseo de ver más potencia en el bate de Luciano. “Sigue bien la bola y batea fuerte hacia la banda contraria”, señaló Melvin. “Probablemente tenga más poder cuando juega todos los días, pero nunca realmente tuvo esa oportunidad con nosotros”.

La transición de Marco Luciano a los jardines es una apuesta arriesgada, pero también una oportunidad para que el talentoso dominicano encuentre su lugar en la MLB. Con un buen campamento primaveral y un enfoque renovado en su ofensiva, podría finalmente convertirse en el bateador que los Gigantes imaginaron cuando lo firmaron como una de sus mayores promesas internacionales.

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