Cuando los Medias Rojas de Boston firmaron por una temporada con opción a extensión para 2 más a James Paxton el primero de diciembre del año pasado, lo hicieron con total conocimiento de su estado de salud, pero con mucha fe, quizás demasiada.

El cuadro rojiblanco esperaba tener a un lanzador sano de una intervención quirúrgica de Tommy John al menos para la segunda mitad de la campaña y quizás en los playoffs. No obstante, la lógica y los antecedentes parecen indicar que se equivocaron. ¿Quieres saber por qué? Continúa leyendo.

Antecedentes desalentadores

Lo primero que hay que aclarar es que James Paxton mientras está sano es un pitcher de nivel. Su récord de 57 victorias y 33 derrotas con 3.59 de efectividad en sus 9 años como grandesligas, así lo dictaminan. No obstante, también es un imán para atraer lesiones.

Desde su estancia en Las Mayores, ha registrado 9 lesiones significativas y al menos una por año desde el 2015 hasta la fecha. Las mismas han sido de todo tipo, desde un dedo hasta un pectoral, pasando por la cadera, una rodilla, la espalda y el codo, el cual ha tenido que someter a la ya mencionada cirugía de Tommy John.

Entonces, ¿Es probable que se recupere para la segunda mitad de la hipotética campaña 2022? Tomemos como ejemplo a su hoy compañero de equipo, Chris Sale, quien pasó por el quirófano para realizarse el mismo procedimiento.

Una recuperación tardía

La operación de Paxton se llevó a cabo en abril del 2021, y por lo general, los lanzadores tardan entre 1 y 2 años en volver a subir a la lomita. Tal es el caso del serpentinero Chris Sale, quien pasó por el hospital en marzo del 2020 y reapareció en agosto del 2021, para un total de 17 meses sin ver acción, lo que se catalogó como una recuperación rápida y exitosa, para este tipo de casos.

De tomarse el mismo tiempo que su colega, el ex de los Yankees de Nueva York y los Marineros de Seattle regresaría a los diamantes para septiembre del calendario que está corriendo. ¿Valió la pena la inversión de los Red Sox?

Pues tal parece que no, ya que una cosa es que vuelva y otra es en qué nivel lo hará, lo cual es una verdadera incógnita. Aun así, si se toma en cuenta que este zurdo no lanza una zafra completa desde hace 3 años, puede que no vuelva a ser más nunca el mismo.

La apuesta fue arriesgada

Aunque no lance en 2022, los Patirrojos podrán ejercer una opción de extensión para 2023 y 2024, pero eso elevaría los gastos de 10 millones de dólares a 35. ¿En serio gastarían los Medias Rojas 35 ‘melones’ en un pitcher al que todavía no habrían visto lanzar ni una vez con su uniforme? Solo el tiempo responderá esta interrogante, pero la verdad sea dicha: parece que Boston se lanzó al vacío.