La carrera del expelotero dominicano Sammy Sosa tuvo tantos capítulos que podría escribirse una novela sobre ella. Lo difícil sería encontrar el género para dicha obra literaria, ya que hay en su transitar por el béisbol tantos hechos distintos y de tan diversa índole que no se sabría muy bien si encajaría más en el género del romance o en el de horror, incluso en el de ciencia ficción.
No obstante, lo que sí es una realidad innegable es que este personaje no dejó indiferente a nadie en sus años de gloria y también de oscuridad. Todos tienen una opinión sobre el ex de los Cachorros de Chicago, muy buena o muy mala, pero ninguna tibia o en un punto medio. Levantó tantas pasiones como críticas e incluso odio, pero al fin y al cabo es lo que pasa con figuras de su estatura.
Sobre el terreno dejó increíbles números y logros. Así lo demuestran sus 609 cuadrangulares, 1667 carreras anotadas y 1475 anotadas, así como también su premio MVP de la Liga Nacional obtenido en 1998 y los 6 Bates de Plata que obtuvo en su carrera de 18 años en Las Mayores.
Sin embargo, la sombra de los esteroides eclipsó todos sus méritos (así como también un bate con corcho descubierto en 2003), y probablemente debido a esto jamás pueda entrar al Salón de la Fama de Cooperstown. Muchos le recordarán como héroe y otros como villano.
¿Cómo se ve a sí mismo?
Aunque para la mayoría de fanáticos de los Cubs y asiduos visitantes del Wrigley Field, Sosa solo sea una persona indeseada por hacer trampas, no es así como se percibe a sí mismo el otrora jardinero quisqueyano.
Hace unos años manifestó que para él su número debería ser retirado en la franquicia de los oseznos. En aquella ocasión dijo lo siguiente:
“Ese número debería ser intocable por las cosas que hice para esa organización… Todo lo que hice fue tan grande, mi carrera fue tan buena, que incluso si la gente quiere borrarlo de la historia, no va a suceder. Esos números se van a quedar ahí para siempre”.
Podría ser perdonado
El propietario de los Cachorros, Thomas Ricketts, afirmó en 2018 que había que ser bastante cautelosos con la situación de Sammy, y que más que acusarlo había que comprenderlo a él y a los jugadores de su época:
“Realmente creo que todos los jugadores de esa era que estaban en ese tipo de cosas de esteroides… Creo que les debemos mucha comprensión. Tenemos que ponernos en sus zapatos y ser muy, muy comprensivos con todo, con todas las decisiones que tuvieron que tomar, y ciertamente resultó que después de que comenzaron las pruebas en 2002, una gran cantidad de jugadores dieron positivo”.
Claramente podemos ver que hay cierta misericordia por parte del dueño de la organización hacia el oriundo de San Pedro de Macorís pero, ¿Será suficiente como para que un día veamos su número 21 retirado? Si estuviera en tus manos, ¿lo retirarías? Es una decisión nada sencilla que probablemente seguirá estando sobre la mesa por mucho tiempo.