Todos construimos nuestro destino, eso es un hecho, pues nada está escrito; el paso de horas, días y semanas, nos va dando la medida de hacia donde vamos y lo que queremos.

Michael King ahora mismo está en ese punto,construyendo su destino en los Yankees de Nueva York y cuando muchos pensaron que había fracasado en su etapa como abridor, el derecho regresa como taponero y está a otro nivel.

El protagonista

Como en El Alquimista de Pablo Coelho, a sus 27 años, Michael King se ha lucido encima del box, salida por salida, ining tras ining, siempre reinventandose y creciéndose en momentos duros.

En medio del cúmulo de dudas alrededor del cuerpo de abridores de los Yankees, el nombre de Michael King comienza a sonar con fuerza para ser cambiado de roles y regresar a si función inicial.

Boone lo sabe y acepta que cabe la posibilidad pero ahora el equipo lo necesita ahí, en el noveno o caminando varios inings como ayer.

Mantuvo a raya

Y mientras todos miraban los jonrones de Aaron Judge, un grupo reducido de fanáticos reconocía el trabajo de Michael King frente a los Guardianes de Cleveland.

El mismo abridor del juego por los Bombarderos y ganador del choque, Jameson Taillon, en declaraciones a los medios, elogió el papel de King a quien calificó de muy talentoso.

Taillon aseveró que cuando King entra con dominio de su sinker, su curva y slider, se vuelve intratable.

Imponente

Y anoche King estuvo hermético, indescifrable, recetó 8 ponches y no permitió asomo de libertad para Cleveland; había sustutido al mencionado Jameson Taillon, luego de su desempeño de 5 tramos y fue el hombre duro de la noche por unos minutos.

King permitió un sencillo de Amed Rosario, luego un rodado de bounce lento y desde entonces el juego fue suyo, ponche y más ponches hasta llegar a ocho y de ellos siete seguidos.

Cerca de un récord

Sin saberlo, el otrora abridor quedó a un solo ponche del récord de chocolates consecutivos de la franquicia de los Yankees, una marca en poder de Ron Davis, quien ponchó a 8 en 1981.

El lanzador rebajó su efectividad a 0,84, producto de una sola carrera en 10 y dos tercios de entradas, además con sus 7 ponches llegó a 18 retirados por la vía rápida.

El impacto mediático se lo llevó Aaron Judge con sus batazos pero Michael King, como si estuviera en una obra de teatro isabelino, tras bambalinas, regaló su mejor actuación.