Estaban los Kennedy, Marilyn Monroe y tal como cuentan algunos, después él, Mickey Mantle y en aquellos años 60, sus años finales dentro del béisbol, no había un jugador tan querido y tan mediático en Grandes Ligas.

Su rivalidad con Joe DiMaggio lo marcó por siempre, pero Mantle sabía pasar página y enfocarse en el juego con esos batazos kilométricos y el viejo Yankee Stadium hecho a su medida…Mantle el ídolo de multitudes.

Pinceladas

Con el paso del tiempo, muchos se preguntan sobre la cantidad de jonrones que hubiera dado el jardinero de no haber sufrido Osteomielitis, una enfermedad que provoca inflamación en los huesos y afecta piernas, brazos y columna vertebral.

El padecimiento conllevó a que Mantle tuviera que pasar por el quirófano más de diez veces, tal como lo refleja MLB.com y esto hizo que la leyenda se perdiera al menos 40 juegos en cada una de sus últimas seis campañas como jugador activo.

¿600 jonrones?

En este sentido, algunos hablan de 600 cuadrangulares, otros de más y la ficción adquiere matices casi épicos, pues nadie duda a estas alturas que, de haber estado sano, Mantle lo hubiera logrado.

Cuando todos evocan aquel año 1961 con Roger Maris y sus 61 jonrones, pocos recuerdan que Mantle estuvo hasta el final batallando con su compañero de equipo y una lesión lo dejó fuera, legando 53 batazos de vuelta completa.

El oriundo de Oklahoma era la cara de la franquicia y lo fue durante buena parte de los 50 y hasta el momento de su adiós: “… era un mito…”- comentó en su momento el entonces reportero del Newsday de Nueva York, George Vescey.

El último jonrón

En 1968, año de la famosa Ofensiva del Tet, durante la Guerra de Vietnam, con Lyndon Johnson en la Casa Blanca; en ese año, Mickey Mantle jugó su última temporada en Las Mayores.

En septiembre, un día 20, hace ya 54 años, Mantle conectó sus vuelacercas número 536, el último bambinazo de su carrera, pues días más tarde, a los 37 años, el símbolo de los Bombarderos del Bronx colgaba los spikes.

El legado

Para ese entonces, al momento de la despedida, Mickey Mantle estaba como tercero en el listado histórico, detrás de Babe Ruth, con sus 714 y Willie Mays con 587.

Y se puede hablar de números; sus jonrones, sus 20 Juegos de Estrellas, los 7 anillos de Serie Mundial, la triple corona de bateo en 1956 y sus 3 premios MVP de la Liga Americana, pero por encima de esto se encuentra su personalidad inmensa, única y ese carisma que lo distinguía del resto aun impresiona, cuando miramos en recortes de periódicos las fotos de la época.

Su entrada en el Salón de la Fama era cuestión de tiempo y en 1974 Mantle fue inmortalizado en Cooperstown, sin dudas el mejor homenaje a uno de los grandes referentes del juego en la segunda mitad del siglo XX