Después de tanto pedirla y también buscarla, la oportunidad por fin le ha llegado a Miguel Andújar. Mucho esperó para salir de los Yankees de Nueva York y obtener una chance de jugar todos los días en algún otro club y finalmente la misma se materializó.
Ciertamente los Piratas de Pittsburgh no es una de las mejores novenas de las Grandes Ligas, pero eso poco le importa a un jugador que tuvo que comerse las verdes después de haberse comido las maduras en la Gran Manzana.
Sin embargo, no todo es color de rosas como lo pintan. Hay una frase de una película de superhéroes muy famosa que dice que “un gran poder conlleva una gran responsabilidad”, y eso es totalmente cierto. El tiempo de juego está aquí, ahora le toca a Andújar demostrar de qué está hecho.
Pasado pisado
Aunque en el 2018 tuvo una campaña de ensueño y hasta peleó por el premio Novato del Año de la Liga Americana cabeza a cabeza contra el japonés Shohei Ohtani hasta el último momento, hay que ser francos: eso ya pasó.
Aquí poco importa lo que se hizo tiempo atrás si no se puede refrendar ahora. La realidad es que la defensa de Miggy nunca ha sido la gran cosa y su bate ha decaído. Podrá ser por culpa de las pocas oportunidades que le brindaron los Yankees, pero es tarde para las excusas.
Verídico es que jamás volvió a batear como en aquella lejana temporada y que ya tiene 27 años de edad, los que si bien no son muchos, tampoco lo convierten en un jovencito. No obstante, las condiciones para comenzar a repartir maderazos las reúne y lo ha probado con creces en las ligas menores.
Intentará replicarlo
Durante su estadía en inferiores, Miguel Andújar ha puesto en 9 años una línea ofensiva de .276/.325/.425, con 70 jonrones, 404 carreras impulsadas y 352 anotadas en 686 encuentros y 2612 turnos al bate.
La gran pregunta es la siguiente: ¿Será capaz de llevar este nivel a las Grandes Ligas? Amanecerá y veremos.